El grupo argentino Vrio Corp. planea expandirse a Brasil

El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, recibió este miércoles en una audiencia en el Palacio de Planalto a Darío Werthein, presidente de Vrio Corp., holding que controla las operaciones de SKY Brasil y DirecTV Latin America. 

En el encuentro, Alckmin y Werthein dialogaron sobre los planes de crecimiento de las actividades de Vrio y SKY en Brasil, con énfasis en la expansión de la conectividad a través de SKY Fibra, la cobertura de Televisión Satelital paga y oportunidades de llevar entretenimiento, información y contenidos educativos a millones de brasileños a través de la banda KU con la nueva antena parabólica.

Werthein mencionó también las posibilidades de ampliar en Brasil las operaciones del Grupo Werthein, del que forma parte Vrio Corp, en otros sectores de la economía, a partir de la experiencia y los negocios realizados en otros países de la región.

El vicepresidente Alckmin puso a disposición al Ministerio de Industria, Comercio y Servicios del Gobierno de Brasil para contribuir a Vrio y al Grupo Werthein en la expansión de actividades e inversiones en el país.

VI Encuentro Mundial de Jóvenes

Finalmente, Werthein entregó a Alckmin una invitación para que el vicepresidente participe en la clausura del Encuentro Mundial de Jóvenes, evento organizado por la entidad pontificia Scholas Occurrentes y ORT Mundial, que tendrá lugar en São Paulo, del 23 al 26 de octubre.

San Pablo se convertirá así en el epicentro donde jóvenes, docentes y autoridades educativas se reúnen para un intercambio de experiencias interculturales e interreligiosas y para abordar la educación como herramienta esencial para afrontar la desigualdad.

Jóvenes de España, Bulgaria, Estados Unidos, México, Italia, Portugal, El Salvador, Haití, Israel, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Argentina, Mozambique, Paraguay, Sudáfrica y Brasil celebrarán en San Pablo la diversidad cultural, religiosa, de género y de contexto, compartiendo actividades y experiencias que promueven la reflexión y la generación de ideas y consensos.

El presidente de Vrio Corp, Dario Werthein, y el director de Asuntos Externos, Carlos Magariños, se reunieron con Geraldo AlckminSobre Vrio Corp

Vrio es la compañía de medios y tecnología líder en América Latina y el Caribe en servicios de entretenimiento digital, producción de contenidos, información y conectividad con más de 10 millones de suscriptores en 11 países.

Ofrece contenido de alta calidad en vivo y a demanda a través de DirecTV Latin America, SKY Brasil y DGO, con eventos deportivos, acontecimientos internacionales y programación exclusiva en Brasil a través de la marca SKY y en Argentina; Barbados; Chile; Colombia; Curazao; Ecuador; Perú; Trinidad y Tobago y Uruguay a través de la marca DirecTV.

DGO es su servicio de suscripción (OTT) vía internet que brinda acceso a una variedad de programación en vivo y a demanda en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay.

La compañía también ofrece internet por fibra óptica a través de DFibra en Argentina y Perú y de SKY Fibra en Brasil. Cuenta con satélites y centros de transmisión de última generación, gracias a los cuales es posible entregar una gran variedad de contenidos a los hogares en formato 4k. Asimismo, la firma controla Torneos y Competencias en Argentina y Colombia. Para más información visite: www.vriocorp.com.

Extraído de Señales

Llaman a terminar con el fenómenos del clickbait y recuperar las buenas prácticas del periodismo

El Colegio de Periodistas de Cataluña (CPC), el Consejo de la Información de Cataluña (CIC) y todas las universidades catalanas con estudios de periodismo y comunicación hacen un llamamiento conjunto en contra del uso del llamado ‘clickbait’ (pescaclics) porque vulnera los principios éticos del periodismo. Este recurso para captar la atención del público a cualquier precio se ha convertido en un fenómeno cada vez más habitual en muchas cabeceras del país, lo que pone en riesgo la veracidad de las informaciones, genera una pérdida de confianza por parte de la ciudadanía, y contradice los principios que todas las facultades de periodismo firmantes enseñan a sus alumnos.

Comunicado conjunto para denunciar el clikbait como una amenaza para el periodismo

En el actual contexto de digitalización de la información, en el que las fuentes de financiación tradicionales van a la baja (especialmente en el caso de los medios impresos) y las suscripciones digitales no son una fuente de financiación consolidada, los medios digitales sienten la urgencia de monetizar sus contenidos a través de la publicidad, que viene determinada por la audiencia (número de clics o visitas). Este hecho provoca que muchos medios prioricen la creación de contenidos que puedan generar suficiente interés en la audiencia como para acceder a ellos, independientemente de cuál sea su relevancia informativa.

El clickbait, pues, se entiende como un contenido digital cuyo título llamativo tiene como único objetivo conseguir que los usuarios entren dentro de la noticia, para obtener el máximo volumen de audiencia que se pueda traducir en un incremento de los ingresos publicitarios. Aunque entra dentro de la lógica periodística que los titulares tengan que ser llamativos y atractivos, el problema ocurre cuando el titular pescaclics incita al error, la especulación o directamente a la desinformación, ya que esto choca con los principios del Código Deontológico del Colegio de Periodistas de Catalunya.

A veces, los titulares pescaclicos están redactados de forma deliberadamente engañosa y/o ambigua, por lo que la información que puede leerse en el interior de la noticia no responde a las expectativas generadas. En este ámbito, los criterios cuantitativos (lograr el máximo de audiencia o clics) pasan por encima de los cualitativos (ofrecer una información veraz y de interés público).

Además, debido a la necesidad de mantener al lector tanto tiempo como sea posible dentro de la noticia -otro aspecto que tienen en cuenta las métricas de la audiencia digital-, estas informaciones pueden pervertir la tradicional estructura de la pirámide invertida que ha regido históricamente el periodismo, por lo que el lector se encuentra con informaciones de segundo plano o de escaso interés en el inicio de la noticia y debe esperar hasta el último párrafo para obtener explicaciones sobre el titular.

Los contenidos que son fruto del clickbait tienden a una simplificación del mensaje y a menudo sufren de falta de precisión. Están redactados con una ambigüedad deliberada que conduce a la especulación, ofreciendo a menudo informaciones incompletas y fomentando el sensacionalismo y/o la exageración. Además están conduciendo de forma progresiva la transformación de la agenda informativa, ya que a menudo se trata de noticias extravagantes y anecdóticas que tienen un escaso valor informativo.

La extensión generalizada del pescaclics genera serias amenazas en el periodismo, puesto que va en contra de la propia esencia de la profesión. El abuso del clickbait puede hacer perder a los medios su principal valor frente a la ciudadanía, que es la credibilidad, ya que parte de los usuarios empiezan a ser conscientes de este fenómeno y de la pérdida de confianza que los genera.

Ante la proliferación de casos de clickbait, el periodismo no puede dejar de reflexionar sobre su función y recuperar la esencia de lo que le hace necesario para la sociedad: Ofrecer información veraz y contrastada cumpliendo los preceptos del Código Deontológico , que es la herramienta con la que cuenta la profesión para garantizar los criterios de la ética periodística.

Alejarse del Código Deontológico hace que el periodismo dimita de su principal función y deje de ser referencia para la sociedad a la hora de recibir una información de calidad y que sigue los parámetros indispensables de la ética profesional.

El Código Deontológico de Cataluña tiene, entre sus criterios, algunos aspectos que no puede olvidar ningún periodista a la hora de redactar sus informaciones y noticias, al igual que debe respetar el orden con el que debe aparecer la información y aportar los datos de forma clara y lo más precisa posible.

Por este motivo, el Consejo de la Información de Cataluña recuerda los criterios 1.– Informar de forma cuidadosa y precisa-; 2.– Evitar perjuicios por informaciones sin fundamento suficiente– y 9 –Respetar el Derecho a la Privacidad– del Código Deontológico como los preceptos básicos para afrontar el fenómeno del clickbait, y que los periodistas los tengan especialmente presentes a la hora de redactar sus informaciones. Si no se hace, se está vulnerando el Código Deontológico y, por tanto, la norma básica de los periodistas del país para garantizar un periodismo riguroso y comprometido con la ética profesional.

Además de los tres criterios mencionados del Código Deontológico de Cataluña no se puede olvidar que en su Anexo B, dedicado específicamente a recomendaciones sobre Internet, que es el ámbito en el que se desarrolla el clickbait, existe un criterio 2 de ‘Transparencia y rigor en que se recoge, entre otros, que “el producto informativo debe poder ser identificado como tal sea cual sea su naturaleza formal. La distinción entre información y opinión también es igualmente exigible, así como la diferenciación entre publicidad e información”.

Por todas estas razones, desde el Colegio de Periodistas de Cataluña, el Consejo de la Información de Cataluña y las universidades hacemos un llamamiento a los profesionales del periodismo a respetar con el máximo rigor los preceptos del Código Deontológico de Cataluña para acabar con el fenómeno del clickbait o pescaclics y recuperar las buenas prácticas en el seno de la profesión.

Entidades adheridas

Consejo de la Información de Cataluña / Colegio de Periodistas de Cataluña / Universidad Autónoma de Barcelona / Universidad Pompeu Fabra / Universidad Ramon Llull / Universidad Rovira Virgili / Universidad de Vic / Universidad Abat Oliva – CEU / Universidad Internacional de Cataluña / Universidad Abierta de Cataluña / Universidad de Barcelona / Universidad de Girona / Universidad de Lleida

En México, ser periodista es un trabajo mortal

Nicholas Casey reportó desde México, en donde revisó material confidencial legal y entrevistó a fiscales, testigos y periodistas ocultos.

El 19 de octubre de 2021, Armando Linares López escribía notas de una entrevista cuándo su celular comenzó a vibrar, mostrando un número desconocido. Linares, de 49 años, fornido y con cabello negro que apenas comenzaba a mostrar algunos mechones grises, dirigía un sitio web de noticias en una pequeña ciudad mexicana llamada Zitácuaro; conocía su ritmo tan íntimamente que las llamadas desde números de teléfono desconocidos eran inusuales.

Pero el hombre al otro lado de la línea habló de una manera que le resultó reconocible de inmediato. Linares ya conocía ese tono agudo y amenazador tras años de roces con todo tipo de narcos mexicanos.

«Soy el comandante Águila», dijo la voz. «De parte del Cártel Jalisco Nueva Generación».

Durante años, Zitácuaro, en las colinas del estado de Michoacán, había sido conocida principalmente por sus huertos fértiles de aguacates y el bosque de pinos y encinos donde los turistas acudían para ver la llegada anual de las mariposas monarca. Pero su ubicación central la había hecho cada vez más atractiva para el tráfico de drogas. Los agricultores cultivaban marihuana y amapola real, la fuente de la heroína, en las montañas cercanas, y en los últimos años los cárteles internacionales de la droga habían estado utilizando Michoacán como estación de paso para los envíos de metanfetamina y fentanilo. El ascenso de Linares como periodista coincidió con el auge de las drogas, y pudo observar sus efectos devastadores en Zitácuaro: cabezas decapitadas arrojadas frente a un concesionario de automóviles, dueños de negocios secuestrados para pedir dinero por su rescate y un gobierno que parecía no querer o no poder hacer nada al respecto.

Linares decía con frecuencia que si México pretendía escapar de la violencia que la devoraba, la prensa debía ir tras los políticos que permitían y facilitaban el crimen. Es por eso que en 2019, junto con un puñado de amigos, Linares fundó un sitio web de noticias llamado Monitor Michoacán, el cual funcionaba en el piso de abajo de un despacho de abogados. Linares, quien se convirtió en el principal (y quizás único) periodista indagador de la ciudad, dominó en poco tiempo la conversación local. Por lo general publicaba grandes reportajes los lunes o martes —fraudes contractuales, sobornos y extorsiones policiales— y pasaba el resto de la semana publicando documentos de apoyo en Twitter y Facebook. Los viernes, se retiraba a un pequeño estudio al fondo de la sala de redacción para hablar en vivo con sus fuentes en su webcast semanal.

En 2021, la gran historia era Juan Antonio Ixtláhuac Orihuela, el joven y popular alcalde de Zitácuaro, quien 12 años antes había sido arrestado por agentes federales luego de que su nombre apareciera en la nómina de pago de un cártel de drogas local. El caso contra el alcalde se desmoronó, y este siguió en la política, consiguiendo varios cargos federales. Recientemente había logrado recuperar la alcaldía, esta vez con hombres armados con rifles de alto poder y sus rostros cubiertos con pasamontañas, haciendo guardia en sus eventos de campaña. Las fuentes de Linares dijeron que los hombres en cuestión pertenecían al Cártel Jalisco Nueva Generación.

Y ahora, un comandante de ese cártel estaba del otro lado de la llamada en su celular, con ganas de conversar.

Linares puso dos dedos sobre el auricular y le hizo un gesto a otro periodista en la sala de redacción para que viniera rápidamente; necesitaba grabar la llamada. Linares agarró un cuaderno y una pluma, y puso el teléfono en altavoz. «¿Quién me habla?», dijo.

El hombre que lo llamaba fue directo al grano: Monitor Michoacán tenía que dejar de estar «quemando» al gobierno local y a la fiscalía. Linares lo interrumpió. Le dijo que el medio no tomaba partido; su trabajo era documentar acontecimientos, nada más. Pero el comandante no buscaba debatir el papel del periodismo en una democracia. Le dijo a Linares que volvería a saber de él y luego colgó.

Dos semanas después, Linares se encontraba en su casa cuando su teléfono vibró, en esta oportunidad con un mensaje mucho más directo en WhatsApp. «Amigo, ya se le dijo que dejes de estar quemando al gobierno», decía el texto. «Uno quiere ser tu amigo. Si no, te vas a ganar un problema con nosotros. Deja de estar quemando al fiscal».

Linares se quedó viendo el mensaje en su teléfono, sin saber bien qué hacer. Monitor Michoacán estaba investigando las acusaciones de que el gobierno local le estaba pagando de más a contratistas cómplices para proyectos municipales de alumbrado y también había hecho algunos reportajes que establecieron vínculos entre el cártel de Jalisco y la fiscalía. Sabía que la amenaza era seria y que el «problema» prometido significaba con casi toda certeza la muerte, ya que, como me dijo otro periodista local, «matar a un periodista es muy fácil y muy económico».

Linares también sabía que lo más probable era que el gobierno hiciera muy poco para protegerlo a él y a sus colegas. En México, los ataques a los periodistas casi nunca eran resueltos por los investigadores, quienes con frecuencia estaban aterrorizados o eran cómplices de los asesinos. Los periodistas estaban por su cuenta. Durante mucho tiempo, el editor había repetido una frase en la sala de redacción: «Nuestra única defensa es una pluma». Linares puso su teléfono a un lado.

Monitor Michoacán seguiría publicando, como siempre lo había hecho.

‘Quién es quién en las mentiras’
El mundo se ha convertido en un lugar cada vez más peligroso para los periodistas, pero —aparte de la guerra en Ucrania— ningún lugar es más mortal para ellos que México. Según el Comité para la Protección de los Periodistas, desde que el gobierno federal comenzó su brutal y caótica guerra contra el narcotráfico en 2006, al menos 128 periodistas han sido asesinados en el país, 13 de ellos solo en el último año, un récord escalofriante.

Los periodistas mexicanos han enfrentado hackeos en sus teléfonos, amenazas de muerte, golpizas, torturas y, en una ocasión, ataques con granadas en su redacción. Se enfrentan a estos peligros en parte porque las autoridades, cuyo trabajo es protegerlos, en muchos casos han estado infiltradas por los cárteles desde hace mucho tiempo: por ejemplo, Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, fue sentenciado en Estados Unidos este año por aceptar millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa a principios de la década de 2000, cuando era director de la Agencia Federal de Investigación, el equivalente mexicano del FBI. Y en 2014, agentes de la policía en la ciudad rural de Iguala secuestraron a 43 estudiantes en autobuses que se dirigían a una marcha en Ciudad de México y se los entregaron a un cártel de drogas que había asumido por error que formaban parte de un ataque de un rival. Este año, la revelación de varios mensajes de texto mostró que casi todas las ramas del gobierno en la región —incluidos soldados, la policía y un alcalde local— se comunicaban con el cártel, el cual asesinó a los estudiantes e incineró algunos de ellos en un crematorio.

Incapaz de proteger a los periodistas en donde trabajaban, México recurrió a esconderlos en casas refugios por todo el país. Tras años de involucrarse cada vez más con grupos criminales, el gobierno mexicano está en cierto sentido en una batalla contra sí mismo, con caso tras caso en los que el gobierno está, o al menos parece estar, tan involucrado en el crimen como en el castigo. A veces la conexión es clara. En 2017, Miroslava Breach Velducea, una periodista en el estado norteño de Chihuahua, fue asesinada a tiros por un cártel de drogas tras haber pasado años reportando e informando sobre grupos criminales y corrupción. Hugo Amed Schultz Alcaraz, un exalcalde sobre el que Breach había escrito, admitió luego haber facilitado grabaciones de la periodista a miembros del cártel que la asesinó y fue sentenciado a ocho años de prisión por su participación en su muerte.

Pero las preocupaciones sobre la complicidad del gobierno suelen ser ignoradas. En 2014, Rubén Espinosa, un fotógrafo de 31 años, comenzó a recibir amenazas luego que de la revista Proceso publicara una fotografía que Espinosa había tomado de Javier Duarte de Ochoa, en ese momento gobernador del estado de Veracruz, en un artículo que proclamaba a la entidad como un «estado sin ley». En 2015, tras huir de Veracruz, Espinosa fue asesinado a disparos junto a otras cuatro personas en un apartamento en Ciudad de México. Al menos 17 periodistas de Veracruz fueron asesinados mientras Duarte ocupó el cargo, un récord macabro. El exgobernador está actualmente en prisión por cargos relacionados con asociación delictuosa y lavado de dinero, pero nunca ha sido acusado en relación con alguno de los asesinatos. De 105 investigaciones de asesinatos de periodistas en México desde 2010, solo seis han culminado en sentencias por homicidio, según Human Rights Watch.

Lejos de defender a los periodistas, algunas de las autoridades más prominentes del país se han puesto en su contra. En 2021, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, agregó un nuevo segmento semanal en su conferencia de prensa matutina llamado «Quién es quién en las mentiras». En diciembre, el presidente puso en la mira a tres periodistas, incluido Ciro Gómez Leyva, un conocido presentador de televisión, al afirmar que «si los escucha uno mucho, hasta le puede salir a uno un tumor en el cerebro». Al día siguiente, Gómez Leyva iba manejando hacia su casa tras salir de su programa cuando dos hombres en una moto comenzaron a dispararle a su auto. El presentador sobrevivió solo porque su coche estaba equipado con ventanas antibalas.

Armando Linares sabía que investigar al gobierno local podría ser riesgoso en muchos niveles. En su anterior trabajo, en un periódico de publicación diaria llamado El Despertar, había pasado meses investigando vínculos entre la fiscalía del estado y los cárteles de la droga que debía supuestamente erradicar. Sus colegas le habían advertido que el periódico dependía de los anuncios publicitarios del gobierno local. Poco después, en efecto, el fiscal general del estado convocó una reunión con el dueño del periódico para que cesaran los reportajes. Cuando Linares se enteró de la reunión, confrontó al dueño y poco después se fue del diario, según me dijeron varios de sus colegas, aunque no se sabe con certeza si fue despedido o si renunció a modo de protesta.

Uno de sus excolegas me describió a Linares como el tipo de periodista de calle que estaba tan bien conectado que en ocasiones llegaba a las escenas del crimen antes que la policía. Pero también había tenido problemas con la bebida y años antes había estado en rehabilitación por adicción a las drogas. Estaba casado pero tenía años sin vivir en la misma casa que su esposa y tres hijos. Joel Vera Terrazas, su colega en Monitor Michoacán, me dijo que el periodismo era lo que había salvado a Armando de sus demonios personales. Cuando Vera, un reconocido abogado en Zitácuaro, se encontró a Linares en un temazcal en las afueras de la ciudad tras su salida de El Despertar, dijo que pudo ver el impacto que los últimos meses le habían causado a su amigo. Fue entonces cuando Vera le hizo a Linares una propuesta: financiaría un nuevo medio noticioso en la ciudad con Linares al mando.

La mañana de un lunes en 2019, el equipo de Monitor Michoacán se reunió en su redacción, una pequeña oficina debajo del despacho de abogados de Vera. Entre ellos se encontraba Roberto Toledo Barrera, un exconductor de autobuses que entró a trabajar allí como camarógrafo y fotógrafo. Wilberth Sebastián Joven, un abogado del bufete de Vera, fue contratado como investigador de medio tiempo. Vera se encargaría de la parte de los negocios y escribiría su propia columna semanal. Y Linares, como había prometido Vera, era ahora el editor y escritor principal del medio. Vera, tiempo después, le compró un traje y zapatos a juego a Linares, e insistió en que los usara durante las entrevistas. Pero más allá de eso, le dijo Vera a Linares, no interferiría con su trabajo.

Linares contaba ahora con un tipo de libertad que no había sentido antes, algo que pocos periodistas en México han podido disfrutar: estaba a cargo de su propio medio y tenía independencia editorial. «No vendas tu pluma», le dijo a la redacción.

‘Temo por mi vida’

En los dos años en los que Monitor Michoacán había estado publicando, durante decenas de investigaciones, Linares nunca había recibido una amenaza tan frontal como las que recibió con la misteriosa llamada y el mensaje de WhatsApp. Vera decidió buscar ayuda de las autoridades, pero nadie en la redacción confiaba en los funcionarios de Zitácuaro. En su lugar, Vera viajó con Linares a Ciudad de México, donde se reunieron con funcionarios de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión. Dicha unidad depende de la Fiscalía General de la República, la cual tiene amplios poderes para proteger periodistas, como gestionar la «extracción» hacia casas refugios del gobierno.

Durante una hora, Vera le explicó a un funcionario el trabajo que Monitor Michoacán venía haciendo y las amenazas que había recibido; proporcionó una lista de nueve políticos, entre ellos el alcalde de Zitácuaro y el fiscal local, quienes la redacción creía podrían estar detrás de la amenaza. Pero el funcionario, me contó Vera, pareció no darle mucha importancia a la historia, y afirmó que ese tipo de amenazas sucedían a menudo y que lo más probable era que el asunto se calmaría solo. Vera y Linares salieron de la oficina con las manos vacías, sin alguna gestión para la extracción ni ninguna otra medida de protección.

Linares no le contó a nadie más en Zitácuaro sobre las amenazas, ni siquiera a su esposa. Siguió con sus investigaciones, y publicó historias sobre los contratos de alumbrado municipal inflados y sobre un detective que, según las fuentes de Linares, le cobraba a las víctimas de crímenes hasta 10.000 pesos, unos 480 dólares en ese momento, para investigar. «Si no hay dinero, no hay investigaciones», escribió.

Poco después, la situación con el comandante Águila empeoró: el jefe del cártel volvió a llamar para exigir un pequeño «apoyo» monetario al grupo, y luego una y otra vez. El monto solicitado variaba en cada llamada, pero Águila al final se decidió por una suma de 500.000 pesos, unos 24.000 dólares. Linares y Vera comprendieron que ahora estaban atrapados en el mismo tipo de plan de extorsión que llevaban años reportando.

Buscaron maneras de ganar tiempo, y Vera llamó a un conocido que era instructor de artes marciales para conseguir algunos consejos de seguridad; el instructor sugirió instalar cámaras de video, así como una segunda puerta en la entrada de la redacción, la cual pudiera ser abierta solo por un interruptor luego de que las personas hayan pasado la primera puerta. Las puertas debían ser de acero, reforzadas para soportar impactos de bala. Incluso si los intrusos lograban pasar la primera puerta, se encontrarían con una puerta cerrada con llave entre ellos y la sala de redacción.

Vera sabía que el pago era inevitable si quería que la redacción siguiera segura. Él y su esposa sacaron dinero de sus ahorros, y algunos miembros del personal organizaron una colecta entre amigos. A mediados de diciembre, Linares acordó un día para hacer la entrega. Pero la locación del encuentro fue inusual: Águila quería reunirse en la plaza frente a la alcaldía. Los fajos de dinero no cabían en un sobre, por lo que Linares tuvo que buscar una bolsa de papel para guardar allí los 500.000 pesos. A las 10 a. m., Toledo llegó con la bolsa de dinero mientras Linares observaba desde una esquina y Sebastián desde un auto estacionado. Llegaron dos hombres del cártel y se estacionaron en lugares reservados para empleados gubernamentales. Sus rostros estaban cubiertos, por lo que fue imposible saber si el comandante Águila había ido o había enviado a dos de sus tenientes.

Lo que sea que el pago haya logrado, no pudo evitar la llegada de una nueva amenaza, mucho más grave. Una cuenta falsa de Facebook publicó la foto de perfil de WhatsApp de Linares, la cual lo mostraba de pie junto a una mujer. Eso fue algo preocupante. Sin embargo, lo más preocupante fue el hecho de que la publicación afirmaba que la mujer en la foto estaba relacionada con un líder de Cárteles Unidos, rivales del cártel del comandante Águila, y que Linares tenía una alianza con ellos. El peligro fue inmediatamente evidente para todos en la redacción: en el pasado, antes de algún ataque sangriento contra periodistas, solían surgir mensajes misteriosos que vinculaban a los periodistas con cárteles. A veces los funcionarios mexicanos incluso exageraban las supuestas conexiones con poca evidencia. Esto permitía que el asesinato pareciera otra disputa entre miembros de cárteles y ofrecía una excusa fácil para evitar una investigación.

Vera se reunió con otros miembros de la redacción un momento, para deliberar los siguientes pasos. Linares se enfiló hacia el cuarto de transmisión. Toledo lo siguió, mientras prendía la cámara y ambos se preparaban para iniciar una emisión en directo por Facebook Live. Linares llevaba una chaqueta acolchada amarilla y un cubrebocas, el cual se quitó antes de comenzar a hablar. «Muy buenas noches, amigos de Monitor Michoacán», comenzó. Explicó la misteriosa publicación de Facebook y dijo que la mujer en la foto no tenía nada que ver con ninguna organización criminal. Los falsos perfiles en línea buscaban propagar información falsa y generar una distracción de las noticias reales que el medio estaba publicando. «Utilizando la lógica normal, sabemos que los ataques vienen directamente de la administración pública».

Linares continuó: «En los últimos días y las últimas semanas ha habido asesinatos de periodistas, quienes han señalado a gobiernos corruptos», dijo. «Lo mismo está pasando aquí en Zitácuaro Michoacán», dijo, antes de añadir, «hoy puedo decir: temo por mi vida y estaré solicitando la protección federal».

México tiene leyes muy estrictas respecto a las armas, pero muchas personas las portan de manera ilegal. Ese otoño, Vera había adquirido un arma gracias a un amigo. Primero intentó dársela a Linares, quien la rechazó. Se la ofreció entonces a Toledo.

«Ten, Roberto», dijo Vera. «Carga. Tú eres el que más está afuera». Pero Toledo también la rechazó; argumentó que él disparaba fotos, no balas.

«No, licenciado. Usted téngala», dijo, regresándole el arma a Vera. «Pase lo que pase, soy el primero que hago frente, y caigo para defenderte».

‘Somos del ayuntamiento’

Toledo comenzó la mañana del 31 de enero de 2022 con una parada en la fiscalía. Monitor Michoacán llevaba un recuento continuo de visitas sorpresa que realizaba a varios edificios municipales para ver si los trabajadores estaban presentes durante sus horas de oficina publicadas. Como de costumbre, no encontró mucho que ver, por lo que Toledo tomó una foto de los escritorios vacíos. Su teléfono sonó, y era Vera, quien le tenía una petición: ¿podía Toledo hacer el favor de llevar un par de botellas de Coca-Cola a la oficina? El fotógrafo se detuvo en una tienda de la esquina y luego prosiguió en dirección a la sala de redacción.

Al mismo tiempo, varios hombres en motos se acercaron a la sede de Monitor Michoacán y se estacionaron en una calle lateral con vista a la entrada. Dos de los hombres se acercaron al edificio mientras Toledo, con los refrescos en la mano, tocaba el timbre. A través del interfono, Vera le preguntó a los extraños por qué estaban allí. «Somos del ayuntamiento», dijo uno de los hombres. Pero esto no lucía para nada como una visita oficial: uno de los hombres vestía una sudadera gris con la capucha bajada y el otro llevaba una gorra de béisbol. Solo se les podía ver los ojos sobre sus cubrebocas. Vera le abrió la primera puerta a Toledo, y los dos hombres entraron detrás de él.

Sebastián abrió la segunda puerta, y la cerró de inmediato cuando vio armas. «Hágale, hágale», dijo el hombre de la sudadera con capucha.

Se escucharon disparos. Toledo levantó los brazos por instinto, como si pudiera bloquear las balas. Estas atravesaron sus antebrazos y le perforaron el torso.

Vera vio todo esto, petrificado, a través del circuito cerrado de cámaras de video. Luego reaccionó y tomó el arma de su escritorio, dirigiéndose al frente de la sala de redacción. Se agachó y tomó posición de disparo con el dedo en el gatillo. Se escuchó otra ráfaga de balas que impactó la puerta varias veces. La puerta resistió. Se oyeron más palabras afuera y luego el sonido de una motocicleta alejándose a toda velocidad. Finalmente, Vera bajó su arma.

Alguien llamó a una ambulancia. Sebastián corrió afuera. Por un segundo, Toledo parecía el mismo de siempre: sus zapatillas deportivas negras todavía en los pies, sus cigarrillos y su bolígrafo Bic todavía en el bolsillo. Pero estaba sobre un charco de sangre. Tenía tres entradas de bala en su estómago y otras en su brazo, esternón y hombro. Le quedaron alojados fragmentos de bala en su corazón, hígado e intestinos. Toledo estaba diciendo algo, pero nadie podía oírlo. Vera se acercó. «Ya me dieron», fue todo lo que pudo escuchar. «Ya me dieron».

Los paramédicos se llevaron a Toledo al hospital. Por un momento, solo hubo silencio en la redacción. Linares entró, tras haber regresado a toda prisa de una entrevista en otra parte de la ciudad. Excepto por él y Toledo, todos estaban en sus escritorios cuando llegaron los hombres armados. El arma de Vera no habría servido de mucho, pensó Vera; si hubieran logrado entrar, todos en la redacción habrían sido asesinados. Fue el único pensamiento esperanzador que Vera pudo generar en ese momento. Pero incluso ese pequeño consuelo se hizo añicos cuando sonó el teléfono: Toledo había fallecido camino al hospital.

Luego vino otro golpe. Detectives de la fiscalía —las mismas personas que Linares llevaba una carrera denunciando como corruptos— estaban ahora allí, desplegando cinta policial y recolectando casquillos. Los funcionarios pidieron una declaración, y Linares se negó, alegando que no confiaba en ellos. Luego se fue a su oficina, lloró, recuperó la compostura y, finalmente, se acercó a Vera.

«Podemos hacer una transmisión», dijo, en voz baja.

Vera miró a Linares. Anunciar el tiroteo en línea se sentía como una idea terrible. «Ya dejemos en paz todo esto», dijo. «Ya nos acabaron. Ya nos acabaron, viejo. No hagas la transmisión, para evitarnos problemas».

Pero a Linares no le importó. Entró al cuarto de transmisión y comenzó a presionar los interruptores de las computadoras y los micrófonos. Le resultaba tan natural, era un proceso tan rutinario que por un momento olvidó que su operador de cámara estaba muerto. «Roberto, las luces», dijo, antes de darse cuenta de su error.

«Muy bien amigos, vamos a hacer esta transmisión y va a ser una transmisión bastante breve», dijo frente a la cámara. «Hoy asesinaron a uno de nuestros miembros de nuestro equipo». Su sitio web había investigado a la élite política de la ciudad y había recibido a cambio amenazas de muerte, dijo. Ahora la redacción había pagado el precio. Pero no dejarían de trabajar, dijo; tenían una lista de nombres de los responsables del ataque y pronto, advirtió, «la información va a seguir fluyendo».

«Nosotros no estamos armados, no traemos armas, nuestra única defensa es una pluma, un lapicero y una libreta», dijo, levantando el cuaderno de espiral que tenía al lado. «Lamento que las cosas sean así, y que se trate de coartar la libertad de expresión y la información veraz y oportuna. Ya había señalado a algunas personas y algunos políticos. Hoy lo vuelvo a reiterar, lo sigo señalando, sigo reiterando a los mismos».

Linares añadió: «Vamos a llevarlo hasta las últimas consecuencias».

‘El pueblo me va a proteger’

La transmisión de Linares acababa de comenzar a circular por las redes sociales cuando emergió otra información: los investigadores en la escena del crimen habían encontrado dos notas, escritas en cartulinas coloridas, al lado del cuerpo de Toledo. Una de ellas, firmada por el Cártel Jalisco Nueva Generación, decía: «Esto es lo que va a pasar a todos los abogados que llevan casos de La Familia Michoacana», un cártel rival.

De pronto, Vera se encontró en una posición defensiva. Muchos abogados por todo México habían trabajado con narcotraficantes, a veces de forma legal, defendiendo a sus miembros ante los tribunales contra cargos, pero a veces de forma ilegal, creando empresas fantasma para lavar dinero proveniente de las drogas, por ejemplo. Vera había representado varios intereses comerciales en Zitácuaro a través de los años, incluido una de sus compañías de autobuses, pero nunca, afirmó, algo vinculado con el crimen organizado. Si hubiera existido algún vínculo, me dijo, habría sido evidente para los periodistas de Monitor Michoacán: su redacción compartía una oficina con su despacho.

Para Vera fue evidente que las notas formaban parte de una campaña más grande esa noche, cuando el propio Ixtláhuac concedió una entrevista a periodistas de Milenio Televisión, un canal de noticias de televisión abierta. «Primero hacer unas precisiones», dijo el alcalde sobre el asesinato. «La información que tenemos preliminar es que no es un periodista». Durante la intervención del alcalde, este repitió varias veces que el ataque había ocurrido en una oficina de abogados, y nunca mencionó a Monitor Michoacán por su nombre. Héctor Zamarrón, uno de los periodistas, se mostró escéptico, y dijo que Toledo trabajaba en Monitor Michoacán. El alcalde respondió que no había encontrado el nombre de Toledo registrado en el gremio de periodistas.

La otra periodista, Paola Barquet, señaló que Toledo había recibido amenazas de muerte por la labor que había realizado. «No sé si había recibido amenazas o no», respondió el alcalde.

Periodistas de Ciudad de México comenzaron a llamar a Vera en busca de comentarios. ¿Toldedo era, después de todo, un periodista o no? ¿Qué pensaba Vera de los mensajes que al parecer el cártel había dejado para él? Las preguntas lo enfurecieron: si estos periodistas de la capital hubieran cubierto Zitácuaro antes, habrían visto a Toledo trabajar cuando estaba vivo. Pero Monitor Michoacán había sido uno de los pocos medios activos en la calle y el único en investigar la alcaldía. Si Ixtláhuac y sus funcionarios municipales habían realmente ordenado el ataque para detener la cobertura negativa, entonces afirmar que Toledo no era un periodista era simplemente una manera de oscurecer el motivo.

Vera pensó en los mensajes que habían dejado los atacantes. La evidencia en una escena del crimen en México es por lo general confidencial antes de un juicio, sin embargo muchos periodistas ya parecían conocer la existencia de las notas que aseguraban que Vera trabajaba para un cártel de la droga. Vera sospechó que había sido la fiscalía la que había filtrado la información, para desacreditarlos. Monitor Michoacán, sin rumbo en las horas posteriores al ataque a su redacción, ya no tenía el control del ciclo informativo en Zitácuaro. El control lo tenía ahora el gobierno. Y la narrativa era que el ataque a la redacción no había tenido nada que ver con su periodismo.

La historia parecía solidificarse en los niveles más altos. Esa tarde, Jesús Ramírez Cuevas, portavoz de López Obrador, había condenado «el asesinato del periodista Roberto Toledo» en un comunicado del despacho de la presidencia. Sin embargo, esa noche, emitió un nuevo comunicado: «De acuerdo con investigaciones judiciales, el ciudadano Roberto Toledo, asesinado el día de hoy, se desempeñaba como auxiliar de un despacho de abogados, no como periodista».

Vera decidió que iba a tener que posponer la tarea de corregir la información para otro día. Mientras él y su equipo estuvieran en Zitácuaro, sus vidas seguían corriendo peligro. Llamó a Linares y le dijo que tenían que salir de la ciudad de inmediato.

«Los dejaríamos ganar», respondió Linares. Para ese momento, el gobierno federal le había ofrecido a Linares la posibilidad de extracción a una casa refugio. Pero ponerse en manos de una rama del gobierno para protegerse de otra parecía no solo absurdo sino además una apuesta potencialmente mortal.

Vera fue insistente: quien sea el que haya atacado la redacción ya había ganado. Monitor Michoacán no iba a poder seguir publicando con seguridad, dijo. Ninguna historia valía sus vidas. Sin embargo, Linares alegó que su vida no estaba en peligro. «No seas necio», le replicó Vera, quien ya en ese punto estaba gritando.

«¿Qué voy a hacer?», preguntó Linares. «¿Cómo podría ganarme la vida?».

Vera, al entender que su amigo quedaría devastado si perdía su trabajo, dejó de presionarlo. Linares vivía solo con dos perros; en algunos días, sus fuentes eran su único contacto humano. Vera y Sebastián se fueron de Zitácuaro, y decidieron que intentarían luego convencer a Linares de que se les uniera.

Linares —cumpliendo su promesa de «llevarlo hasta las últimas consecuencias»— había pasado la tarde preparando una larga serie de entrevistas de radio y televisión en las que vinculó al gobierno local con el asesinato. En una de ellas, Linares repitió su acusación de que la alcaldía estaba detrás de las amenazas, añadiendo que apenas media hora antes había aparecido otra en su teléfono. No escondió su decisión de permanecer en Zitácuaro. «Unos de nuestro equipo se fueron el día de hoy, pero nosotros tenemos que seguir esta lucha», dijo.

Con el paso de los días, Vera logró convencer a Linares de que hiciera una declaración a las autoridades federales en Ciudad de México. La haría para los mismos funcionarios federales que los devolvieron con las manos vacías tras las amenazas anteriores, pero Linares entendió que no tenían muchas otras opciones. Durante cerca de una hora brindó su declaración ante los investigadores de la unidad de delitos contra la libertad de expresión, y ofreció una lista de las autoridades en Zitácuaro quienes, según él, eran responsables de los mensajes amenazantes. Señaló que el cártel había sido claro en que la amenaza se producía porque Monitor Michoacán estaba «quemando al gobierno». Y, una vez más, afirmó que Toledo había sido un periodista.

«Es mi deseo manifestar que siento miedo, temor de que vayan a atentar en contra de mi persona», concluyó. «Siendo todo lo que deseo agregar».

Las autoridades, nuevamente, parecieron no inmutarse. A Linares le ofrecieron gestionar su salida de Zitácuaro, pero cuando rechazó la propuesta, no se le proporcionó alguna otra medida, como un guardaespaldas del gobierno o un botón de pánico, los cuales se proporcionan con regularidad a los periodistas que desean permanecer en sus lugares de origen. Las autoridades le agradecieron su testimonio y le dijeron que estarían en contacto si tenían más preguntas.

Tras la entrevista, Linares y Vera, quien lo había acompañado para apoyarlo, fueron a un café cerca de la fiscalía. Vera intentó una vez más persuadirlo para que se fuera de Zitácuaro. Linares dijo que le iría bien en donde estaba. Tenía seguidores allí, especialmente en la comunidad indígena. «El pueblo me va a proteger», afirmó.

Más tarde ese mismo mes, los investigadores liberaron los restos de Toledo de la custodia, y Vera pagó para que regresaran a su estado natal, Morelos, a unas cuatro horas en automóvil desde Zitácuaro. Vera, quien seguía escondido, observó a través de una llamada de Zoom cómo una banda de mariachi tocaba. El hijo de Toledo levantó su teléfono para que Vera pudiera ver cómo el ataúd de su amigo era sepultado.

Solo en la redacción, Linares intentó crear una apariencia de normalidad. Hizo una transmisión desde la plaza central del cercano municipio de Ocampo, para entrevistar al alcalde sobre la remodelación del techo del ayuntamiento. Condujo hacia el norte de Zitácuaro para reportar sobre la escena del crimen de un tiroteo ocurrido en la noche. Pero Linares seguía asustado y Vera seguía temiendo por él.

Finalmente, en marzo, un amigo logró convencer a Linares. Tomaría solo unos días reunir el dinero y luego se iría de allí.

‘No te lo van a agradecer’

El 15 de marzo, dos hombres en una moto comenzaron a merodear la zona alrededor de la casa de Linares. Era poco antes de la hora de la comida y un vendedor de comida cercano vendía tacos y elotes. La moto tomó una dirección, lentamente, por el norte de la calle Dr. Emilio García y luego, un minuto después, retrocedió. El hombre que iba atrás, se bajó. Estaba buscando a Linares, le dijo a uno de los vecinos. Era un aficionado del fútbol y quería publicar algo en Monitor Michoacán. Alguien debe haberle señalado la puerta de Linares.

Alrededor de las 6 p. m., Linares publicó un artículo sobre un accidente de motocicleta, y se fue a su casa. Mientras se acercaba a su puerta, un hombre se le acercó, vestido con un traje negro y una corbata roja. El hombre saludó a Linares, quien volteó a verlo y lo saludó de vuelta. Se dieron la mano y hablaron unos instantes antes de ingresar al apartamento de Linares. Unos cinco minutos después, el hombre del traje fue visto huyendo del edificio.

Nunca sabremos sobre qué conversaron los dos hombres. Nunca sabremos con exactitud cuándo el hombre de la corbata roja sacó el arma que escondía para dispararle a Linares. La policía encontró su cuerpo acribillado con ocho balazos. Habían pasado 43 días desde el asesinato de Toledo.

Escondido, Vera se sintió desamparado. La policía le había dicho que no hablara sobre Monitor Michoacán para evitar atraer la atención de los grupos criminales. Sin embargo, necesitaba un lugar donde sacar su ira. Muchas veces, él y Linares habían discutido la importancia del periodismo en aras del interés público. Alguna vez se llamaron a sí mismos «soldados de periodismo». Pensaron que había habido un entendimiento de que si Monitor Michoacán se veía amenazado, aquellos a quienes habían defendido saldrían en su defensa. Se realizarían marchas. Afiches de protesta frente a la alcaldía. Algo pasaría, pensaban. Y sin embargo, en su momento de necesidad, Linares murió solo y asustado, acusado de tener vínculos con narcotraficantes.

«Puedes hacer una nota, dando la vida, y no te lo van a agradecer», me dijo Vera. «¿Vale la pena publicar algo que ponga en riesgo tu vida? Digo, hasta ahora lo estoy analizando. Porque antes decíamos ‘a darle’, ‘vamos a hacer esto’. Pero ahora digo: ‘¿valdrá la pena con dos compañeros muertos?’». El día después de la muerte de Linares, Vera decidió cerrar Monitor Michoacán. Ya no habría más visitas al ayuntamiento, ni más emisiones en directo desde el cuarto de transmisión. No habría más sitio web, más allá de una página de Facebook. Los años de investigaciones en Zitácuaro desaparecerían de internet. Quienes los habían atacado habían ganado.

La noticia del asesinato de Linares comenzó a propagarse. Otro periodista local empezó a oír rumores de que iban a matar a más periodistas. Luego de ver motos circulando por el vecindario, el periodista se dio a la fuga. Poco después, otro periodista local hizo lo mismo. La prensa en Zitácuaro se estaba reduciendo.

El velorio de Linares se realizó el día después de su asesinato, en una casa funeraria ubicada a pocas cuadras del panteón municipal. Era un día caluroso para ser marzo y el aroma de rosas y lirios flotaba en el aire. La mayoría de los asientos de la capilla estaban vacíos. Vera envió una corona; él y Sebastián, una vez más, desde sus casas refugio, vieron la ceremonia a través de una transmisión en directo. La esposa de Linares, Rosa Elena Pedraza, asistió junto a sus hijos. Cuando un camarógrafo de una estación de noticias nacional se le acercó para una entrevista, Pedraza le dijo que hablaría, pero no frente a la cámara. «Sabía que su vida corría peligro, pero su pasión por decir la verdad lo impulsó a no callarse», dijo.

Las pocas personas que habían llegado no se quedaron mucho tiempo y salieron en fila para permitirle a la familia de Linares un último momento junto a su ataúd. Ellos también se marcharon, dejando atrás a un puñado de periodistas que habían venido a cubrir el funeral.

Minutos después, cuatro hombres desconocidos llegaron al velorio. Uno llevaba una chaqueta de cuero y un pasamontañas para cubrirse la cara. Con una pistola, se acercó a los periodistas y les dijo: «Si no se retiran en dos minutos se van a valer».

El hombre no disparó. Los periodistas abandonaron la funeraria.

‘No he sido autor intelectual’

En febrero, justo después del aniversario de la muerte de Toledo, me reuní con Vera en Ciudad de México. Llevábamos varios meses conversando; solíamos reunirnos por Zoom luego de su desayuno y hablábamos durante una o dos horas antes de hacer planes para volver a hablar. Nos enviamos felicitaciones navideñas y preguntamos por las familias de cada uno. Pero cuando le pregunté si podíamos encontrarnos en su casa refugio, me dijo que prefería viajar a la capital. Vera quería que su paradero siguiera siendo desconocido, incluso para mí.

Sonó el timbre de la oficina donde habíamos acordado encontrarnos, y Vera entró, con una enorme pila de documentos legales en sus manos. En el año que había pasado desde que huyó de Zitácuaro, se había convertido en una especie de investigador privado, intentando reunir toda la información que pudiera sobre las muertes de Linares y Toledo. Había sido obligado a vivir bajo la sombra de una incertidumbre enorme. Por un lado, dijo, creía que las autoridades gubernamentales locales de Zitácuaro habían orquestado los asesinatos de sus colegas. Por otro lado, el gobierno federal gestionaba la casa refugio en la que vivía actualmente.

Vera insistió en que no se podía confiar en ninguno de ellos para que resolvieran los casos de asesinato; no había habido arrestos y había pocas señales de que se estuviera haciendo una investigación. Vera dijo que quería mostrarme de qué lado estaba realmente el gobierno. Sacó un documento y lo deslizó sobre la mesa: una resolución judicial sobre una intervención telefónica solicitada por los investigadores federales antes de la muerte de Linares. Pero las autoridades no solo habían pedido escuchar los teléfonos del hombre del cártel que los había amenazado. Querían intervenir los teléfonos de Vera y Linares. Un juez negó la solicitud, pues afirmó que las víctimas de un crimen no debían ser vigilados de esta manera.

Vera estaba convencido de que los investigadores estaban intentando recopilar cosas negativas de él y Linares que de alguna manera los perjudicara. «Hemos sido victimizados dos veces. Primero, directa, por el hecho: el ataque, la muerte, todo. Y ahora el Estado nos victimiza poniéndonos en duda nosotros», afirmó. «Tú debes investigar a los políticos, no debes investigar a Armando y Joel».

A la mañana siguiente, tomé un autobús hasta la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión, el mismo lugar donde Vera y Linares emitieron sus denuncias originales. Mucho había cambiado desde su visita inicial, cuando regresaron a Zitácuaro con las manos vacías; con dos periodistas del mismo medio asesinados, el caso de Monitor Michoacán se había convertido en uno de los más conocidos en llegar a la oficina en años.

Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, el joven fiscal que dirige la fiscalía especial me saludó formalmente y me ofreció una descripción del funcionamiento interno de su unidad. Al departamento se le había encargado, entre otras tareas, hacerse cargo de las investigaciones de ataques a periodistas en los que los investigadores locales o los funcionarios electos pudieran ser ellos mismos cómplices. Me dijo que en este caso en particular, un grupo de expertos había examinado el trabajo de Monitor Michoacán, las amenazas y la evidencia de las escenas del crimen. Lo que dijo después me tomó por sorpresa. «Se determinó la no atracción en ese momento del caso», dijo, refiriéndose a la muerte de Toledo. «Lo que te puedo decir es que el análisis determinó que hasta este momento no hay nada que él hubiera publicado, escrito, opinado en su carácter de periodista, que haya vinculado a las circunstancias del homicidio». Lo mismo sucedió con el caso de Linares.

Interrumpí al fiscal un momento. Le dije que tenía una copia del expediente del caso del fiscal del estado, el cual contenía varias páginas de amenazas de parte de un presunto comandante de un cártel que afirmaba que Monitor Michoacán tenía que dejar de criticar al gobierno o si no habría consecuencias. Contenía capturas de pantalla del teléfono de Linares con los mensajes de WhatsApp. Sánchez parecía estar sorprendido de que tuviera los documentos y me advirtió que eran confidenciales. Volvió a decirme que había pocas pruebas de que el crimen tuviera un vínculo con el periodismo y que no era necesario que él se hiciera cargo del caso. El fiscal de Michoacán era quien estaba gestionando el caso.

Eso pareció concluir la conversación. Pero mientras se preparaba para ir a una audiencia, le recordé a Sánchez que las amenazas contra Monitor Michoacán fueron enviadas para que detuvieran las investigaciones de corrupción hacia la misma fiscalía que ahora estaba asignada para resolver sus asesinatos. Linares había señalado repetidas veces que la oficina que investigaba el caso era uno de los sospechosos de haber cometido los ataques. ¿Realmente se podía confiar en ellos para que resolvieran un crimen que el propio medio los había acusado de haber planificado?

Sánchez me dijo que solo estaba cumpliendo con la ley. «No puedo cambiar las competencias federales que están en la Constitución», me dijo mientras iba saliendo.

La fiscalía del estado nunca contestó mis solicitudes para una entrevista. Pero Ixtláhuac, el alcalde, aceptó contestar mis preguntas escritas sobre las acusaciones de Linares de que él había ordenado los ataques. «No he sido autor intelectual o material de amenazas contra Monitor Michoacán o cualquier otro medio de comunicación, de igual forma no tengo relación ni he tenido comunicación con nadie que se haga llamar ‘El águila’», escribió Ixtláhuac. De hecho, escribió, ningún investigador lo había interrogado jamás sobre el caso.

Ixtláhuac ofreció sus condolencias a las víctimas y dijo que las críticas de Monitor Michoacán sobre el gobierno local en ocasiones habían señalado problemas legítimos que intentó solucionar como alcalde. (Su oficina luego envió un comunicado en el que llamó a la mayoría de las acusaciones realizadas por el medio como mentiras). En cuanto a los hombres armados del cártel que habían sido vistos en eventos durante su campaña, Ixtláhuac escribió que las elecciones habían sido justas y que «si tal afirmación de vinculación con grupos armados tuviese algún sustento real, el resultado electoral habría cambiado». Durante mucho tiempo había sido objeto de una campaña de política sucia por parte de sus oponentes, escribió, incluso durante su detención inicial por supuestamente trabajar con un cártel, en 2009. El exsecretario de Seguridad Pública que impulsó su arresto ahora estaba detenido en Estados Unidos por su colaboración con grupos de cárteles, escribió el alcalde, refiriéndose al caso de García Luna, mientras que él seguía siendo un hombre libre.

Sabía que la declaración del alcalde era cierta al menos en un aspecto: el gobierno de México había sido corrupto en casi todos los niveles. México es un salón de espejos para cualquier periodista. Es muy difícil saber quién dice la verdad porque la línea entre combatiente del crimen y criminal se ha vuelto tan borrosa que a menudo deja de existir. Las personas que se suponía debían aclarar esa línea eran los periodistas locales de Monitor Michoacán, pero, por supuesto, ellos también habían desaparecido.

‘Zitácuaro es una zona de silencio’

En los últimos meses solo se han acumulado más casos. El 8 de julio, se encontró el cuerpo sin vida de Luis Martín Sánchez Iñiguez, corresponsal del periódico La Jornada, con «signos de violencia», según las autoridades en el estado de Nayarit. Una semana después, Nelson Matus Peña, fotógrafo y editor en Acapulco, fue asesinado a tiros dentro de su automóvil. Conocía a Matus desde que tomó fotografías para un artículo que escribí sobre los ataques de las bandas de narcotraficantes en 2011.

Una tarde de agosto, revisaba los periódicos locales de México cuando me encontré con un titular: la policía había capturado a un sospechoso en el asesinato de Linares. Al parecer había sucedido por accidente. Fue capturado junto a otros dos miembros del cártel cuando su camioneta fue vista infringiendo el límite de velocidad frente a una estación de policía. Cuando la policía buscó su nombre —Carlos Gerardo Sánchez Mendoza— en el sistema, encontró una orden de arresto de la fiscalía de Michoacán, buscándolo en relación con el asesinato. Las autoridades dijeron que utilizaba el alias 02 como miembro del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Poco después, recibí un mensaje de Sebastián, el investigador de Monitor Michoacán que estuvo del otro lado de la puerta cuando Roberto Toledo fue asesinado a balazos. Habíamos estado en comunicación varias veces durante mi investigación y quise saber si la noticia le había dado alguna sensación de calma. Me respondió que no. Tal vez Sánchez había apretado el gatillo, dijo. Pero si él era el asesino a sueldo, ¿quién había ordenado el ataque?

El arresto no era la única razón por la que Sebastián había solicitado conversar esa noche. Quería contarme que la agencia gubernamental a cargo de la casa refugio en la que se alojaba le había notificado que ya no iba a necesitar protección. La decisión se había tomado antes del arresto de Sánchez, por lo que no quedaba para nada claro cómo el gobierno había concluido que ya no existía ninguna amenaza.

Sebastián hizo una pausa al otro lado de la línea, como si él también necesitara asimilar de nuevo la noticia. Había estado escondido durante casi dos años, y su esposa y su hijo de tres años llevaban la misma vida precaria junto a él. Había sentido un llamado superior para ser periodista, pero eso se había desvanecido hace mucho tiempo y en su lugar existía un simple deseo de sobrevivir. En muchos sentidos, lo mismo ocurría actualmente en Zitácuaro. Algunos periodistas habían dado un paso al frente para llenar el vacío dejado por quienes huyeron, y alguien incluso había comenzado a publicar de manera regular en la página de Facebook de Monitor Michoacán. Pero el tono era distinto: «Las palomas de Zitácuaro también forman parte de la imagen de nuestro municipio» era lo que se podía leer sobre una serie de fotografías de las aves en la plaza principal de la ciudad. No había señales del periodismo de investigación arriesgado por el que era conocido el medio. «Ahora, Zitácuaro es una zona de silencio», dijo Sebastián.

Sebastián ya no era periodista, pero conservaba el humor negro que se ha vuelto tan común entre los periodistas en México. Tenía planeado impugnar la decisión de finalizar la mayor parte de su protección, dijo. Pero incluso si perdiera acceso a su casa refugio, todavía conservaría el botón de pánico que le había proporcionado el gobierno. «Cuando el sicario llegue y me quiera matar otra vez, le voy a decir: A ver, permíteme por favor, sicario, presionar mi botón».

Ilustraciones: Patrick Leger es un ilustrador en Brooklyn. Su trabajo está inspirado en tomas dramáticas cinematográficas.

Extraído de The New York Times Magazines

Televisión Litoral busca expandirse desde el interior hacia la capital

A partir de este lunes, Telefe Salta cambiará su nombre, recuperará su antiguo nombre: «El Once TV» y será parte del grupo Televisión Litoral (TVL).

El canal salteño, seguirá siendo una emisora con la programación de Telefe, y solo transformará su estética visual similar a los otros canales del grupo Televisión Litoral, El Tres de Rosario, El Seis de Bariloche, El Ocho de Tucumán, El Nueve de Bahía Blanca y ahora El Once de Salta.

En el mediodía de este viernes 29, Gustavo Scaglione, titular de Televisión Litoral estuvo en el noticiero de El Once para charlar sobre esta nueva incorporación a su grupo de medios. La conductora del envío, Emilce Amado, fue la encargada de llevar adelante la entrevista y comunicar los cambios que se van a suceder a partir del próximo lunes en la pantalla del canal.

Emilce Amado: ¿Podes explicarle a la audiencia qué es lo que se viene y cuáles son los cambios que van a ver reflejados en la pantalla el lunes?

Gustavo Scaglione: Bueno, este es un proceso que el grupo Televisión Litoral comenzó a fines del año pasado. Un proceso de expansión de una manera diferente a la tradicional, que es desde Buenos Aires hacia el interior. Nosotros que somos del interior, en tal caso de Rosario, tratamos de expandirnos desde el interior hacia la capital. Ese proceso se inició el año pasado cuando nos fuimos enterando que el grupo de Telefe estaba con idea de desprenderse de algunas plazas del interior del país. Bueno, a raíz de eso, el primero que adquirimos fue el primero de febrero la plaza de Tucumán, luego fue el de Bahía Blanca y hoy terminamos esta ronda de negocios, como buena manera decirlo, con lo cual estamos absolutamente satisfechos con la adquisición de la Telefe Salta.

¿Qué es lo que se viene?, ¿Qué es lo que se va a poder observar desde el lunes?

Como hoy les decía cuando estábamos con todos tus compañeros, hay que mejorar lo que ya es bueno. Hablar de Telefe es hablar de excelencia y todo el trabajo que están haciendo acá, es un trabajo muy bueno, todo mejorable y se pueden tener algunos otros puntos de vista. También les decía que nosotros vamos a hacer una unidad de negocio distinta a la que tenía Paramount. Nosotros somos un grupo nacional, de capitales nacionales, casi te diría familiares, que estamos muy cerca a la gente y lo que vamos a hacer es una unidad de negocio diferente, vamos a tratar de tener un multimedio, es decir, vamos a tener un diario digital muy potente, sabemos mucho de eso, tenemos profesionales muy buenos, también vamos a tener dos radios. Es lo que tenemos en mente, y nuestra idea es que una radio sea una radio de hits y la segunda una radio generalista. Nuestro objetivo para el año que viene, la idea es tener desde acá ser un faro del norte argentino. Un punto de referencia del norte.

¿Por qué se eligió Salta?

Primero porque Salta es hermosa. Tengo muchos amigos acá, es una plaza muy interesante, es capital de provincia, es una provincia muy rica, tiene un potencial enorme, nosotros estamos también en el tema turismo y por un montón de motivos nos interesaba. La cercanía con Tucumán, el trabajo en conjunto que se puede llegar a hacer con Tucumán y alguna otra cosa que pueda estar en carpeta para el año que viene, pero estamos muy contentos, sobre todo por la relación con Telefe y por el grupo de gente que encontramos acá.

El Tres en Rosario, El Seis en Bariloche, El Ocho en Tucumán y El Nueve en Bahía Blanca, no solo comparten una imagen de marca sino que fundamentalmente son parte de un proceso de expansión de capitales locales interesados en crear y fortalecer vínculos sociales, culturales y comerciales entre las distintas ciudades de cada medio. A ese proyecto se suma ahora El Once TV de Salta.

Decimos que vamos a seguir teniendo la programación de Telefe, no es que a partir del lunes se apague la luz, ¿no?

No, no. Ningún cambio de estos se hace drásticamente, todo es gradual y desde ya nada va a cambiar la pantalla más que un logo el lunes. 

Y vuelve ese número 11, que siempre fuimos, que está muy institucionalizado, arraigado y eso está bueno

Claro, nosotros analizamos eso, a mí me encanta este Once TV, porque es volver la gente, tal vez los más jóvenes no lo tenían, pero la gente mayor se acuerda muchísimo de todas las cosas que ha dado el 11. Bueno, va a ser el Once TV, vamos a trabajar mucho para tener la mayor excelencia en lo que estamos.

Profesionales hay, y de los buenos, hay un buen equipo…

La primera impresión ha sido buena, a pesar de que ya habíamos venido, visto y analizado el negocio dos o tres veces. Estamos muy motivados, y también está en darle la oportunidad para que toda la gente que quiera desarrollar algo, tenga la oportunidad de hacerlo.

Que tenga las puertas abiertas, ¿no? Para nosotros también es una nueva etapa y un nuevo desafío. Hay energías, hay voluntad de trabajo, así que esperemos que juntos sigamos perfeccionando este producto.

Sí, y sobre todo que también entendamos que nosotros tenemos una responsabilidad social muy importante, que no la tenemos que dejar de lado. Los medios, imaginás que estando en Rosario, con la lucha contra el narcotráfico, tenemos una responsabilidad muy grande, tenemos costos que pagamos por ello. Pero en este caso nosotros no nos tenemos que olvidar de eso, que tenemos que estar cerca de la gente, hacer un producto que les guste a la gente y que le sirva a la gente.

Somos un servicio, y esto de la localía es importante, a la hora de llevar adelante un medio de comunicación. Porque es lo que los televidentes esperan de nosotros.

Hoy les decía, nosotros vamos a hacer política, no vamos a hacer política partidaria, pero cuando vemos que algo está mal lo vamos a decir, cuando tenemos que apoyar las cosas que están bien, también lo vamos a decir. Esas son todas las cosas que deben hacer los medios.

Más allá de la televisión en sí, hoy los medios tienen otra expansión, la vedette de todo es el streaming, ¿no?

Sí, yo creo que está, de alguna manera, sobrevaluado. Siempre trato de ver qué es lo que pasa en algunos lugares que tienen algún grado de avance más importante que nosotros, como por ejemplo Estados Unidos. Y si bien, yo creo que es todavía bastante incipiente, y es muy difícil de materializar después, ganar dinero con eso no es tan fácil. Sostenerlo con personal en blanco, como todo lo que hacemos nosotros, no es tan fácil, no es tan fácil.

¿Cuál es el concepto hoy de la televisión para Gustavo Scalione?

El multimedio es como grupo, no la televisión. Yo le decía, el multimedio es porque, sin duda, la radio es lo primero que llega a cada evento. Es lo más cercano. La inmediatez de la radio, claro. La idea es que lo que uno consigue en ese segundo, en ese momento, después se use en el resto de los medios. Cuando llegué al grupo Televisión Litoral, nosotros teníamos cuatro medios exitosos, pero no era un multimedio. Porque eran compartimentos separados. En cambio, si la radio, la web hacen, meten un gol, bueno, ese gol tiene que salir por todos lados. Eso es, de alguna manera, potenciar cada uno de los productos.

Dijiste somos capitales argentinos y demás, o algo que nosotros siempre defendimos es Canal 11 como el canal de los salteños. ¿Cómo potenciar eso?

Porque es lo que todos esperan de nosotros. Hoy me preguntaban, ¿y qué va a pasar? Y yo les decía a ustedes, lo van a decir ustedes. Va a estar manejado por ustedes. Nosotros podemos poner algunos hilos, pero va a estar manejado por ustedes. Los que conocen la audiencia, que es hacia donde vamos. Son ustedes, no nosotros, de ninguna manera. 

Quedó claro algunas modificaciones que se puedan ver, nada drástico, nada brusco a partir del lunes. Le damos la bienvenida a Televisión Litoral y esperamos estar todos a la altura, para poder cumplir con las expectativas.

Nosotros también. Es una apuesta muy importante, con capitales argentinos, y yo valoro todo y más en estos momentos, no es tan fácil. No es tan fácil, pero estamos muy entusiasmados, creo que va a andar todo muy, muy bien.

Extraído de Señales

Informe de AdEPA: «La democracia y el libre ejercicio del periodismo son caras de una misma moneda»

Durante su 61ª Asamblea anual, que se está realizando en la ciudad de San Juan, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (AdEPA) emitió su Informe semestral de Libertad de Prensa, titulado «Sin libertad de expresión no hay democracia», en el que celebró la continuidad democrática ininterrumpida durante cuatro décadas, y en el que destacó que «defender la libertad de expresión y la vigencia de una prensa autónoma es defender la base misma del sistema democrático y republicano». 

«En diciembre próximo se cumplen en la Argentina 40 años de democracia ininterrumpida y los valores que nuestros fundadores le imprimieron a AdEPA están más vigentes que nunca. La democracia y el libre ejercicio del periodismo son caras de una misma moneda. No se puede pensar la una sin el otro», señaló Martín Etchevers, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de AdEPA, durante la lectura del documento, en el marco de la 61ª Asamblea de la entidad que agrupa a los medios argentinos, y que se está llevando a cabo en la ciudad de San Juan. El informe fue aprobado por unanimidad por los representantes de los medios de todo el país.

AdEPA destacó en su informe -que incluye un anexo con los casos más graves del semestre sobre riesgos regulatorios, ataques y amenazas– que en los últimos años, el papel del periodismo fue muy importante para distinguir lo verdadero de lo falso en un ecosistema digital fuertemente intermediado por algoritmos y redes sociales, además de contaminado por mareas de desinformación desatadas o promovidas durante la pandemia, la invasión a Ucrania o los procesos electorales llevados adelante en varios países del mundo. «Las llamadas burbujas de sentido y la polarización extrema fueron subproductos de estos fenómenos, de los que plataformas y redes constituyeron un vehículo necesario», alertó AdEPA. 

En el año del cuadragésimo aniversario del retorno a la democracia en la Argentina, la entidad reflexionó sobre el papel que tuvo la prensa en ese período. «Al periodismo lo encarnan organizaciones e individuos concretos que se animan a desafiar el autoritarismo, que encienden luces sobre aquello que se quiere ocultar, que cuestionan lo que algunos difunden como dogma y que buscan explicar lo que parece ininteligible», sintetizó AdEPA, para luego destacar una serie de hitos vinculados a la democracia y a la prensa.

Reseñó allí la figura de Magdalena Ruiz Guiñazú, como miembro de la Conadep instituida por el gobierno del presidente Raúl Alfonsín, el trabajo del fotógrafo José Luis Cabezas, que terminó costándole la vida; las interminables guardias periodísticas en Catamarca que convirtieron en bisagra contra la impunidad el caso de María Soledad Morales; hasta las recientes coberturas en Chaco que visibilizaron el crimen de Cecilia Strzyzowski.

También se refirió AdEPA a la serie de crónicas que ilustró a la ciudadanía cómo el gobierno argentino había vendido ilegalmente armas a Ecuador y Croacia; o cómo se habían pagado sobornos para aprobar una ley en el Senado de la Nación. Y a otros hitos, como el trabajo de un reportero gráfico, clavepara demostrar el asesinato policial de Kosteki y Santillán; la revelación periodística de la trama sistemática de coimas que empresarios pagaban a funcionarios para obtener beneficios en la adjudicación de obras públicas; o el la denuncia de la existencia de un vacunatorio VIP en medio de la pandemia.

Casos emblemáticos de nuestra historia reciente también tuvieron protagonismo informativo, y fueron mencionados por AdEPA, como los atentados contra la embajada de Israel y la sede de la AMIA; la tragedia de Once; el incendio de Cromañón; la explosión intencional de la Fábrica Militar de Río Tercero; e incluso la Guerra de Malvinas.

«El aniversario de nuestra democracia coincide con un nuevo proceso electoral, en el que lamentablemente han reaparecido descalificaciones y agravios a la prensa por parte de algunos candidatos. No obstante, una vez más la labor periodística es más relevante que nunca para que la ciudadanía pueda ejercer su derecho a elegir en libertad y con información en la mano», aseveró AdEPA en su informe. Y agregó un llamado a los candidatos: «Quienes deciden postularse a cargos electivos saben que, al aspirar a ejercer una función pública deben someterse a un mayor nivel de escrutinio y que ningún actor de la vida cívica está exento de las críticas, aunque –como ha dicho AdEPA– estas puedan parecer duras y hasta injustas». 

Es por todo ello que AdEPA reiteró que el papel de la prensa está intrínsecamente ligado a la democracia, por su función de herramienta de auditoría social, de instrumento de contrastación del discurso público y de foro de expresión de las distintas opiniones de la ciudadanía. «La prensa es una piedra angular en el sistema de frenos y contrapesos republicanos. Por ello es saludable, tanto para el ejercicio democrático como para el debate ciudadano, que los representantes de las diferentes fuerzas políticas comprendan profundamente la función del periodismo», puntualizó el informe. 

Y concluyó: «No se trata de pedirles discursos complacientes ni actitudes demagógicas hacia los medios. Tampoco de escapar al cruce riguroso e intenso de ideas y opiniones. Menos de pretender que aquello que se expresa en los medios no pueda ser confrontado con oposición de hechos y ejercicio de la razón. Pero sí se trata de creer sinceramente en la función del periodismo dentro del orden constitucional, y por ende respetarla a rajatablas. De reconocer que aquello que se necesita y se aplaude cuando se está en el llano, o cuando se quiere llegar con un mensaje a la sociedad, también debe ser aceptado cuando la prensa interpela, cuestiona o desagrada», afirmó AdEPA. 

Para el cierre, el informe de AdEPA hizo un llamado desde San Juan, la tierra de uno de los pocos argentinos de nuestra historia al que le cabe el perfil de estadista: Domingo Faustino Sarmiento. En referencia al prócer sanjuanino, AdEPA reiteró el llamado a celebrar la democracia priorizando las numerosas cuentas pendientes en materia económica, social, educativa, cultural y moral, y aseveró: «Que nos guíe la emulación de las políticas republicanas y angulares de Domingo Faustino Sarmiento, un gran hacedor, el ejemplo de que la acción decidida de gobierno, lejos de estar reñida con el debate de ideas, encuentra en él un ámbito para su perfeccionamiento y legitimación. Como militante del papel de la prensa, a través del periodismo expuso sus ideas sobre todas las cuestiones de la vida pública de un territorio que aspiraba a organizarse como Nación, incluyendo extensamente aquellas sobre educación y cultura, que eran para él vitales». 

El informe finalizó señalando que Sarmiento encarnó el ejemplo cabal de que democracia, libertad de prensa y buen gobierno son términos que se fortalecen entre sí. «El desafío que tenemos con vistas al futuro es ser capaces de armonizar esos conceptos virtuosamente, de manera de retomar de una vez por todas la marcha hacia la prosperidad de la Nación y el bienestar espiritual y material de sus habitantes».

Martín Etchevers: «La prensa es uno de los frenos y contrapesos republicanos»

El viernes 29 de septiembre, por la noche, se llevó a cabo en San Juan la comida de clausura de la 61ª Asamblea de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (AdEPA). El nuevo presidente de la entidad, Martín Etchevers, se dirigió a los directivos y representantes de medios de todo el país e invitados especiales para hacer una férrea defensa del rol de los medios en el sistema democrático y repúblicano y para enumerar los grandes desafíos de la industria periodística en todo el país.

«La prensa es uno de los frenos y contrapesos republicanos, como la alternancia en el poder, el respeto al disenso y a las minorías, la independencia judicial, el federalismo o las elecciones libres y limpias», señaló el presidente de AdEPA, la entidad que nuclea a los medios de todo el país. «Si bien los medios siguen siendo el gran articulador de la agenda y la conversación pública de relevancia, ese rol es bastardeado por la dirigencia política y por el modelo de negocios digital. La democracia necesita a la prensa pero hay muchos interesados en debilitarla política y económicamente», aseveró Etchevers. 

En otro pasaje de su discurso, Etchevers comparó la situación del país y de la industria periodística con el escenario previo al Covid-19. «La pandemia aceleró el cambio de modelo de negocios, las sociedades se volvieron más polarizadas gracias a redes y algoritmos, el mundo digital se concentró más y nos intermedia sin tapujos. El periodismo se convirtió en blanco de ataques porque ahora «es posible comunicarse directamente con la gente», señaló. 

El directivo del Grupo Clarín también hizo una referencia al rol que tiene AdEPA como institución representativa de los medios de todo el país. «Nuestra entidad trasciende gobiernos y coyunturas, y se establece en principios. Y eso se lo debemos a su modelo de gestión intergeneracional de cuerpo colegiado. Caminar con perspectiva, observando la realidad no desde lo efímero de un clickbait, ni siquiera desde una tan vigente como coyuntural tapa de papel, sino con la distancia de quien ha visto pasar la historia y puede mirar desde otro ángulo», puntualizó Etchevers. E inmediatamente aclaró que eso no implica relativizar la complejidad del momento actual ni la profundidad de la crisis que atraviesa la Argentina. 

Etchevers también hizo una convocatoria a los ex presidentes de AdEPA y a todos sus asociados. «Le pediría, y les pido, a quienes conocen este oficio que hoy me toca volver a asumir como presidente, que estén más cerca que nunca.  Les pediría a mis amigos del Consejo Ejecutivo y a los socios en general, que estemos y nos mostremos más unidos que nunca, más allá de nuestras diferencias, que son parte de nuestra riqueza». Y agregó: «La historia, incluso reciente, nos enseña que cuando los medios, aún con nuestras profundas diferencias editoriales, hemos estado divididos como sector, la libertad de expresión se ha debilitado y la industria se ha hecho más vulnerable. Y cada frontera que se cruza sirve para que alguien se anime a dar un paso más».

En ese mismo sentido, Etchevers ponderó el rol que ha tenido AdEPA desde la recuperación democrática en 1983. «En estas cuatro décadas la entidad se ha consolidado como una voz de referencia en la democracia argentina. Y ese corpus de nuestra doctrina institucional debe servirnos no sólo para abordar las viejas amenazas que se reciclan sino también los nuevos dilemas». «El país está en una situación crítica y las soluciones lejos estarán de ser mágicas o facilistas. Vamos a tener que trabajar codo a codo, honrando nuestras banderas y siendo estratégicos para que la fidelidad y la fortaleza de nuestro mensaje llegue a la sociedad sin desvirtuarse ni manipularse. Debemos reivindicar nuestro trabajo y nuestra sostenibilidad sin vergüenza pero a la vez con inteligencia y sensibilidad social», dijo. 

En el cierre de su mensaje, Etchevers hizo una advertencia sobre ciertos sectores que buscan eliminar la intermediación del periodismo. «No podemos quedarnos de brazos cruzados -enfatizó–. Eso solo les conviene a los que no resisten la auditoría, a los que quieren gobernar sin contrapesos, a los que no aceptan el disenso o la crítica. Un mundo sin periodistas o sin medios podrá ser el mundo de la desinformación y las deep fakes, el de la dictadura del algoritmo y la viralización, el del slogan y la simplificación extrema». 

«Con todas nuestras limitaciones, errores y debilidades, estamos para intentar contrarrestar esos fenómenos. Para que el debate público pueda estar basado en hechos. Para que la información pueda ser verificada. Para que las opiniones puedan ser fundadas. Para que el poder pueda ser investigado. Porque la democracia muere en la oscuridad y el autoritarismo se fortalece en la mentira», finalizó.

Daniel Dessein: «La sociedad y el sistema democrático requieren de medios periodísticos vigorosos y una libertad de expresión dinámica»

«La Argentina vive momentos vertiginosos y trascendentes en los define su futuro. En estos contextos, la sociedad y el sistema democrático requieren medios periodísticos vigorosos y una libertad de expresión dinámica. Es esto lo que siempre ha impulsado nuestra entidad», dijo Daniel Dessein, presidente de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (AdEPA), en su informe de gestión al comienzo de las deliberaciones de la 61ª Asamblea General de la entidad, que sesionará hasta mañana en la ciudad de San Juan.

«Lo hemos destacado más de una vez, pero cabe resaltarlo nuevamente: AdEPA se ha convertido en una asociación modelo en la región. Todas nuestras asociaciones hermanas siguen nuestros logros y propuestas. Más todavía, los medios colegas de países que no tienen organizaciones representativas del sector. Somos pioneros en muchos ámbitos. Instalamos y lideramos debates, proyectos y programas en las áreas más novedosas y complejas», agregó Dessein ante directivos y representantes de medios de todo el país reunidos en el auditorio del hotel Del Bono Central. Esta es la primera vez en la que AdEPA tiene su encuentro más importante del año en la provincia de San Juan, con el Diario Huarpe como anfitrión.

En su mensaje ante los asambleístas reunidos en San Juan, Dessein, titular de la entidad más representativa de la industria periodística argentina, enumeró y explicó las acciones institucionales realizadas desde fines de 2022 y a lo largo de 2023, entre las cuales se destacó la búsqueda de soluciones a los temas de sustentabilidad de la industria, trabajando con los tres poderes del Estado y con toda la clase política en propuestas concretas.

«2022 fue el año de nuestro sexagésimo aniversario. Decidimos celebrarlo con distintas actividades, entre ellas con la comida de fin de año, en la que contamos con Marty Baron, ex director de The Washington Post», señaló Dessein. También AdEPA editó una edición especial de su publicación anual Tendencias e Innovación de la Industria Periodística, en la que hicimos un repaso de los principales hitos históricos de nuestras seis décadas de vida.

Otra iniciativa, ligada al sexagésimo aniversario, fue la renovación de sus oficinas en el Edificio de la Prensa Argentina, en Buenos Aires. «Nuestras instalaciones hoy ofrecen una estética que refleja el espíritu fundacional de AdEPA, combinada con funcionalidades que atienden las nuevas formas de operar que crecieron con la pandemia y que hoy forman parte de la dinámica de las organizaciones», sintetizó Dessein. «Los orígenes y la tradición conviven con la tecnología y una estética moderna en una combinación que resume lo que pretendemos imprimir en la gestión de la entidad», agregó, y destacó especialmente la colaboración que hizo la empresa Pan American Energy para las obras.

En materia de sustentabilidad, Dessein destacó el trabajo interno llevado adelante por el Observatorio de AdEPA en la materia, coordinado por Guillermo Ignacio, e integrado por el propio Dessein, y los directivos Martin Etchevers, Nahuel Caputto, Carlos Azzariti y Carlos Marino. «Ha llevado adelante un trabajo sistemático en el monitoreo de la evolución de la comunicación institucional del Estado y de otras cuestiones vinculadas al desenvolvimiento económico y financiero cotidiano de los asociados», destacó.

En su informe, Dessein también detalló las acciones en torno a la agenda de propiedad intelectual, área de trabajo institucional que se vincula con el reclamo del derecho de los editores a reclamar por el valor de los contenidos en el ecosistema digital y el derecho a que esto sea reconocido por parte de las plataformas tecnológicas. «Si bien AdEPA ha destacado públicamente hace un par de años que las compañías digitales globales han comenzado a dar los primeros pasos en el reconocimiento de los derechos de autor en internet y que la Argentina fue uno de los primeros 8 países del mundo en el que ese reconocimiento se tradujo en remuneraciones para los medios, la entidad sigue bregando para que estos acuerdos se traduzcan en una compensación justa y proporcional para las empresas», dijo Dessein.

Este reclamo, no impidió, por otra parte, que AdEPA generase acciones y programas en alianza con las plataformas, para favorecer los procesos de transformación de medios de todo el país y el acceso a oportunidades de financiamiento y formación profesional. «Los proyectos implementados junto a Google News Initiative (por séptimo año consecutivo), y Meta Journalism Project (que este año continuó apoyando los programas Evolución -de capacitación- e Impulso Local -de fondos para medios-), permitieron a los socios de AdEPA, y su personal directivo y periodístico acceder a beneficios concretos y espacios de capacitación de alto nivel», amplió Dessein. 

Durante su informe, Dessein también detalló el resto de las agendas de trabajo de AdEPA, que forman parte del accionar institucional: la defensa y protección de la libertad de prensa -que merecerá un informe específico mañana durante la Asamblea en San Juan–; el ingreso permanente de nuevos medios asociados; los espacios de capacitación y formación profesional; los Premios a la excelencia periodística; y la agenda de Diversidad, entre otros.

Se constituyó el nuevo Consejo Ejecutivo de AdEPA en San Juan

Al cierre de la 61ª Asamblea General Ordinaria de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (AdEPA), realizada en la Ciudad de San Juan el día 29 de septiembre, se procedió a la elección del Consejo Ejecutivo que tendrá a su cargo la conducción de la entidad por el período 2023-2024

El máximo cuerpo ejecutivo de la institución quedó constituido de la siguiente manera:

Consejo Ejecutivo 2023 – 2024

Presidente: Martín Etchevers (Clarín, Buenos Aires)

Vicepresidente 1º: Diego Fuentes (Diario Huarpe, San Juan)

Vicepresidenta 2ª: Cecilia Gargatagli (Mirador Provincial, Santa Fe)

Secretario General: Pablo Deluca (Infobae, Buenos Aires)

Secretario de Organización: Carlos Azzariti (Página 12, Buenos Aires)

Secretario de Relaciones Institucionales: Luis H. Tarsitano (El Tribuno, Salta)

Secretaria de Actas: Sabrina Salvi (Diario Uno, Mendoza)

Tesorero: Francisco Muñoz (Opi Santa Cruz, Río Gallegos)

Protesorero: Juan Carlos Fernández Llano (El Libertador, Corrientes)

Vocales titulares

1º José Claudio Escribano (La Nación, Buenos Aires)

2º Guillermo Ignacio (TSN Necochea, Necochea)

3ª Ana Tronfi (ADN Sur, Comodoro Rivadavia)

4º Carlos Marino (Letra P, Buenos Aires)

5ª Ramona Maciel (La Voz del Pueblo, Tres Arroyos)

6º Héctor Lebensohn (Democracia, Junín)

Vocales suplentes

1º Diego Garazzi (Hola Argentina, Buenos Aires)

2º Diego Dillenberger (Imagen, Buenos Aires)

3º Gustavo Ick (El Liberal, Sgo. del Estero)

4º Nahuel Caputto (El Litoral, Santa Fe)

5º Tomás Vio (Olé, Buenos Aires)

6ª Claudia Bogado (La Mañana, Formosa)

Comisión de Libertad de Prensa e Información

Presidente: Daniel Dessein (La Gaceta, Tucumán)

Comisión de Asuntos Económicos y Resoluciones

Presidente: Agustino Fontevecchia (Perfil, Buenos Aires)

Vicepresidente: Alfredo Scoccimarro (Grupo Crónica, Buenos Aires)

Comité Estratégico

Presidente: Guillermo Ignacio (TSN Necochea, Necochea)

Comisión de Premios «Federico C. Massot»

Presidente: José Claudio Escribano (La Nación, Buenos Aires)

Comisión de Capacitación Multiplataforma

Presidente: Carlos Jornet (La Voz del Interior, Córdoba)

Vicepresidente: Chani Guyot (Red/Acción, Buenos Aires)

Secretario: Carlos de Elía (TN, Buenos Aires)

Comisión de Desarrollo Digital

Presidente: Tomás Vio (Olé, Buenos Aires)

Vicepresidente: Carlos Marino (Letra P, Buenos Aires)

Comisión de Desarrollo de Medios Locales

Presidente: Carlos Valentini (El Diario de Pringles, Cnel. Pringles)

Vicepresidenta: Ana Tronfi (ADN Sur, Comodoro Rivadavia)

Secretario: Juan Carlos Fernández Llano (El Libertador, Corrientes)

Comisión de Relaciones Internacionales

Presidente: Gustavo Ick (El Liberal, Sgo. del Estero)

Vicepresidente: Jorge García (Noticias Argentinas, Buenos Aires)

Comisión de Marcas de Verdad

Presidente: Diego Dillenberger (Imagen, Buenos Aires)

Comisión de Diversidad

Presidenta: Bárbara Read (La Mañana, Formosa)

Comisión de Propiedad Intelectual 

Presidente: Diego Garazzi (Hola Argentina, Buenos Aires)

Vicepresidente: Nahuel Caputto (El Litoral, Santa Fe)

Comisión de Socios 

Presidente: Miguel Gaíta (La Palabra, Berazategui)

Secretario: Emilio Magnaghi (El Ciudadano, Mendoza)

Comisión de Difusión

Presidente: Fernando Rajneri (Río Negro, General Roca)

Vicepresidente: Juan A, Boglione (Nueva Rioja, La Rioja)

Comisión Revisora de Cuentas

Titulares: Miguel Gaíta, Diego Garazzi y Sergio Ducca

Suplente: Patricia Pérez

Servicio de Orientación Legal

Libertad de Prensa: Carlos Laplacette

Propiedad Intelectual: Nicolás Novoa

Servicio de Orientación Tributaria

Sergio Ducca

Servicio de Orientación Tecnológica

Diego Handera

Director Ejecutivo

Andrés D´Alessandro

Gerente General

Gabriel Matijas

Extraído de Señales

Mario Tascón Ruiz 1962-2023

Mario Tascón, fundador de Prodigioso Volcán: «nos ha dejado de forma inesperada esta noche. Estamos tristes y tratando aún de asimilar la noticia. Esperamos darle el homenaje que se merece muy pronto», comunicaron desde el portal. Tascón, además, fue un gran maestro y embajador comprometido de la Fundación Gabo, donde compartió su experiencia con jóvenes periodistas de Iberoamérica durante más de una década.

El periodista Mario Tascón (Ponferrada, 16 de diciembre de 1962) ha muerto este viernes a los 60 años de edad como consecuencia de un accidente cerebrovascular que sufrió este jueves en Buenos Aires (Argentina). Así lo confirmó Prodigioso Volcán, la empresa que fundó y en la que trabajó estos últimos años.

«Mario Tascón, fundador de este Prodigioso Volcán, nos ha dejado de forma inesperada esta noche. Estamos tristes y tratando aún de asimilar la noticia. Esperamos darle el homenaje que se merece muy pronto. Le echamos mucho de menos», escribió la compañía a través de su cuenta oficial de X (antes Twitter). Tascón fue el director general de contenidos del área digital del Grupo Prisa entre 2000 y 2008, además de ser el responsable de las páginas web de la Cadena SER, El País, As y Los 40 Principales.

El equipo de la Fundación Gabo también lamentó el fallecimiento del destacado escritor, periodista y consultor de medios español Mario Tascón y dijo: 

Desde 2010, Tascón se desempeñó como maestro en la organización fundada por el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, donde dirigió talleres y seminarios relacionados con el periodismo digital y la innovación en los medios.

Tascón falleció el jueves, 28 de septiembre, a los 60 años, a causa de un accidente cerebrovascular sufrido el día anterior en Buenos Aires, Argentina, país al que había viajado para participar en una serie de encuentros con periodistas.

Mario Tascón fue una figura de gran influencia en el ámbito de los medios digitales de habla hispana. A finales de la década de los noventa, impulsó la primera redacción digital en un medio de comunicación español, en el diario El Mundo.

Esa visión pionera en el campo de la comunicación lo acompañó hasta sus últimos días. Desde la consultora Prodigioso Volcán, que cofundó en 2010, lideró iniciativas a favor de una comunicación clara y el derecho de las personas a entender, las cuales contribuyó a consolidar recientemente con la propuesta del ODS18 que sirva como catalizador del resto de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que promueve la Asamblea de Naciones Unidas.

El día antes de su fallecimiento, había participado en una charla sobre “Oportunidades y desafíos de la inteligencia artificial y su aplicación en las redacciones”. Fue un tema que abordó en numerosas exposiciones y publicaciones, y sobre el que era uno de los expertos más solicitados por los medios iberoamericanos. Horas después realizó su última aparición pública en un panel virtual sobre alfabetización mediática durante la Cumbre Global sobre Desinformación, donde representó a la Fundación Gabo, institución de la que fue uno de los embajadores más destacados durante la última década.

Sus últimos días

Esta semana había viajado a Buenos Aires para participar de una charla el miércoles en el edificio de Telecom, sobre «Oportunidades y desafíos de la inteligencia artificial (y su uso en redacciones)». Contó La Voz, para dar cuenta que un periodista del medio participó de su charla magistral.

Luego dio una conferencia virtual sobre «Alfabetizar a las audiencias en tiempos de TikTok» en el marco de la Cumbre Global sobre Desinformación. Tenía previsto participar este jueves 28 de septiembre, a las 15, de la 61ª Asamblea de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) que se realiza en la ciudad de San Juan, con una conferencia sobre «Inteligencia artificial: lecciones para los medios desde otros sectores».

Pero el miércoles a la tarde, tras salir a pasear por Buenos Aires, sufrió un ACV irreversible en Puerto Madero y falleció al día siguiente a las 16 en el hospital porteño donde estaba internado.

Estaba ilusionado con el viaje a San Juan, ya que esa ciudad había sido la primera de Argentina que había conocido cuando llegó por primera vez.

Maestro y pionero

Ángel Mario Tascón Ruiz nació el 16 de diciembre de 1962 en Ponferrada, España. Comenzó su formación académica estudiando Magisterio en la Universidad de León y luego continuó con estudios de Psicología en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Su carrera profesional comenzó en octubre de 1984 cuando fue uno de los fundadores del semanario Bierzo 7, que dirigió hasta su cierre en 2016.

Fue director de la sección de infografía del periódico El Mundo entre 1989 y 1994,  un rol por el que recibió importantes reconocimientos, pero su carrera dio un giro significativo a finales de los noventas cuando impulsó la versión digital de El Mundo, creando así la primera redacción digital en un medio de comunicación español y marcando una nueva era en el periodismo de su país.

Tascón fue uno de los socios fundadores de la consultora Prodigioso Volcán, empresa que desde 2010 se dedica a asesorar a medios y empresas en cuestiones relacionadas con la comunicación digital y nuevas tecnologías. El nombre se inspiró en la primera infografía en español que se conoce y que el propio Tascón descubrió en una crónica del siglo XVII que narraba la presencia de un volcán submarino en erupción. Así resumió su pasión por traducir conceptos de manera accesible para que pudieran ser comprendidos por un público amplio.

En Prodigioso Volcán asesoró a periódicos y grupos de renombre internacional, como Corriere della Sera en Italia, El Mercurio de Chile, La Nación de Argentina, y El País de Uruguay, entre otros.

Tascón ocupó importantes posiciones en el mundo de los medios, incluyendo, entre 2000 y 2008, el cargo de director del área de contenidos digitales del Grupo Prisa, donde fue responsable de supervisar las páginas web de diversos medios como El País, Cinco Días, As, Cadena SER, entre otros. También ejerció un destacado papel en la promoción del idioma español y la comunicación efectiva como presidente de la Fundación del Español Urgente (Fundéu). 

Experto en temas como el periodismo de datos, las nuevas narrativas, la arquitectura de la información y la reingeniería de procesos en los departamentos de comunicación y redacciones, Tascón compartió sus conocimientos con jóvenes periodistas de Iberoamérica como parte de la Fundación Gabo, institución que acompañó y alentó por más de una década como maestro, asesor y comprometido embajador.

Extraído de Señales

28 de septiembre: Día Internacional del acceso Universal a la Información

Cada 28 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Acceso Universal a la Información y se hace necesario reflexionar sobre su importancia para la consolidación de la democracia y los derechos humanos.

Esta fecha fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019, tras la adopción de este día por la parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la cultura (UNESCO) en el año 2015, teniendo en cuenta también que diversas organizaciones de la sociedad civil y organismos gubernamentales de distintos lugares del mundo han adoptado y celebran el 28 de septiembre como «Día internacional del derecho a saber».

El acceso universal a la información es parte integral del derecho humano a la libertad de expresión. El derecho universal a buscar, recibir y difundir información es pilar fundamental de las sociedades democráticas.

El acceso a la información es necesario para poder tomar decisiones informadas, así como para promover la transparencia y el rendimiento de cuentas por parte de gobiernos. El acceso a la información es también clave para fomentar la participación, el conocimiento y la construcción de sociedades inclusivas e igualitarias.

La implementación de políticas eficaces que garanticen el acceso a la información pública, el fortalecimiento de medios de comunicación libres y plurales, y el acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación tienen un papel fundamental para promover el acceso a la información, consolidar la democracia y promover y proteger los derechos humanos.

Asimismo, la proliferación de noticias falsas y discursos de odio, especialmente, por las redes sociales representa una amenaza para la democracia y los derechos humanos en el mundo, de la que la región del Mercosur no está exenta, y para la que se vuelve necesario tomar acciones concretas.

En ese sentido, cabe recordar que en mayo de 2023 la Reunión de Altas Autoridades sobre Derechos humanos del Mercosur aprobó una «Declaración por una Cultura de Paz y Democrática para contrarrestar las Expresiones y los Discursos de Odio» y creó un Grupo de Trabajo ad hoc para seguimiento del tema. En esta declaración, las Altas Autoridades en Derechos Humanos y Cancillerías del Mercosur y Estados Asociados reconocen que «los discursos y expresiones de odio y sus consecuencias impactan en la vida de las personas y debilitan las instituciones democráticas». Entre otros, declaran que «urge afianzar los mecanismos de cooperación regional entre los Estados parte del Mercosur y Estados Asociados, para la construcción de una cultura de Paz».

En este Día Internacional del Acceso Universal a la Información, desde el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur (IPPDH) destacamos la importancia de adoptar las medidas necesarias para implementar políticas públicas que garanticen el acceso efectivo de todas las personas a la información para consolidar la democracia y los derechos humanos.Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos

Diferencias en la conectividad e infraestructura de acceso a internet profundizan las desigualdades en la era digital

La capacidad de cualquier persona para buscar, usar y compartir información desempeña un papel fundamental en el funcionamiento y desarrollo de una sociedad. El acceso a la información constituye un componente esencial del derecho a la libertad de expresión y, en los últimos años, gracias a los avances tecnológicos, la obtención de datos en el entorno digital se ha vuelto cada vez más accesible. Sin embargo, esta facilidad también conlleva desafíos. En conmemoración del Día Internacional del Acceso Universal a la Información, celebrado el 28 de septiembre, queremos destacar algunos de los retos y tareas pendientes que debemos abordar para asegurar que todas las personas tengan la capacidad de buscar y recibir información de manera equitativa.

Internet y las herramientas digitales se han incorporado rápidamente a la vida cotidiana de muchas personas. Aunque han ampliado significativamente la accesibilidad a una vasta cantidad de información, dando lugar a lo que se conoce como la sociedad del conocimiento, también han exacerbado las disparidades y brechas existentes. Un ejemplo de esto son las marcadas desigualdades en la conectividad y la infraestructura tecnológica, tanto a nivel nacional como global [Robinson et al. 2020]. En Chile no todos disfrutan de un acceso estable y de alta velocidad a Internet. Varios sectores aún carecen de acceso a Internet de banda ancha. Además, el auge de las conexiones 5G oculta el hecho de que en numerosas áreas, solo se dispone de infraestructuras y dispositivos compatibles con redes móviles de menor capacidad, lo que resulta en una transmisión de datos y voz significativamente más lenta. En estas condiciones, incluso la descarga de un breve video puede demorar varios minutos. Estas diferencias en la conectividad y la infraestructura no solo obstaculizan el acceso a la información, sino que también profundizan las desigualdades en la era digital [ej., Correa, Pavez, Farías y Henzi 2023].

Los problemas de acceso desigual también están estrechamente vinculados a cuestiones de usabilidad y al modo en que diversos sitios web son desarrollados sin tomar en cuenta las distintas necesidades y capacidades de sus usuarios. Muchas veces encontramos que una página web ha sido diseñada exclusivamente para pantallas grandes, como las de computadores, sin una adaptación adecuada para dispositivos móviles, que poseen pantallas considerablemente más pequeñas. Un ejemplo adicional de este problema es la falta de consideración hacia las personas con discapacidades visuales o auditivas [Goggin 2021]. Es común encontrar contenido en internet en diversos formatos que no incluye características de accesibilidad, como texto alternativo para imágenes o subtítulos en videos.

También hay importantes brechas en la calidad de la información a la que se puede acceder. En muchos casos, la información de calidad —como un paper científico con evaluación de pares o un riguroso reportaje periodístico de investigación– están detrás de un muro de pago y solo se puede acceder a ella a partir de una suscripción [James 2017]. En cambio, la desinformación y sus parientes cercanos, como la propaganda, los rumores, las conspiraciones, las medias verdades y la información sesgada suelen estar ampliamente disponibles de manera gratuita [Bachmann y Valenzuela 2021]. La información ayuda a los ciudadanos a navegar su entorno y es un elemento clave de la participación política en democracia, por lo que desigualdades en acceso a la información tiene consecuencias en la vida política y cívica de las personas [Valenzuela et al. 2019].

Es más, los esfuerzos de ciertas plataformas sociales para combatir la desinformación y el contenido tóxico —por ejemplo, discursos de odio— suele estar centrado en países desarrollados, con el resto del mundo a la saga y en la periferia de la atención. Igualmente, el acceso a sus datos para fines de investigación científica también es desigual y se concentra en Estados Unidos y la Unión Europea [Evans y Reimer, 2009]. Esto es aún más problemático en un contexto en el que las agencias que promueven a escala global el desarrollo científico así como las sociedades científicas y revistas académicas promueven políticas de «ciencia abierta».

El acceso a la información supone que los datos estén disponibles. En una época en la que se promueve la transparencia activa, los datos abiertos y la rendición de cuentas, la capacidad de acceder a la información necesaria para tomar decisiones, planificar y gestionar eficazmente los recursos se vuelve aún más crucial. Aunque el acceso a las tecnologías y la disponibilidad de infraestructuras que faciliten su uso son pasos significativos para reducir la brecha de acceso a la información digital, estos no son suficientes para resolver el problema por completo. Existen diversos factores que influyen en la calidad del acceso de las personas, como la educación, la alfabetización digital, el ancho de banda, el hardware y el software, e incluso el diseño de los sitios web.

Las nuevas tecnologías tienen el potencial de impulsar el acceso a la información y ayudar a los ciudadanos a obtener los datos que necesitan. Sin embargo, es importante reconocer que el acceso a la información va más allá de la mera disponibilidad de datos; implica garantizar que todas las personas tengan la capacidad y las herramientas para utilizar y comprender esa información de manera efectiva. En última instancia, lograr un acceso equitativo a la información digital requiere un enfoque integral que aborde tanto los aspectos tecnológicos como los educativos y sociales.

En resumen, el acceso universal a la información es un desafío multidimensional. En el Día Internacional del Acceso Universal a la Información, debemos reflexionar sobre la importancia de este derecho y la necesidad de abordar las brechas existentes en conectividad, usabilidad y calidad de la información. Si bien las tecnologías han ampliado las posibilidades de acceso, queda mucho trabajo por hacer en términos de educación digital, infraestructura y diseño inclusivo. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo podremos garantizar que todas las personas puedan ejercer plenamente su derecho a acceder, utilizar y comprender la información en la era digital.

*Firman esta columna: Ingrid Bachmann, Teresa Correa, Juan Carlos Castillo, Sergio Toro y Sebastián Valenzuela (Núcleo Milenio de Desigualdades y Oportunidades Digitales – Nudos).

Extraído de Ciper Chile

Acceso a la información pública: Que la Cámara de Senadores consagre sin dilaciones el derecho a saber

El Sindicato de Prensa Rosario y la Asociación de Prensa de Santa Fe saludan la media sanción que el jueves pasado dio la Cámara de Diputadxs de Santa Fe al proyecto de ley que consagra el acceso a la información pública en el ámbito de los tres poderes del Estado provincial.

Es la décima vez que en Diputadxs se aprueba por unanimidad un texto en la materia, en este caso presentado por el diputado Gabriel Real (PDP), pero la Cámara de Senadorxs se empeña en no tratar el envío, o introducirle cláusulas limitativas que niegan el mismo derecho que se pretende consagrar. La décima aprobación por Diputadxs significa, en tiempos de técnica legislativa, el doble de años transcurridos desde el inicio de búsqueda de una ley, ya que cada proyecto, una vez presentado, tiene una duración de dos años antes de perder estado parlamentario. Y de hecho es así: recordamos que el primer texto fue presentado en 2002 por otro diputado del PDP, Carlos Favario, y que se sucedieron muchos otros. En este 2023 quienes integran la Cámara de Senadorxs tienen la oportunidad de corregir tantos años de atraso y brindar a lxs santafesinxs la ley que necesitamos, dejando de lado una cultura a favor del ocultamiento y el oscurantismo.

Mañana, 28 de octubre, es el Día Internacional del Derecho a Saber, una fecha con recorrido en todo el mundo que surgió de la iniciativa de organizaciones de la sociedad civil en 2002, fue luego tomada por la UNESCO (2015) y más tarde por Naciones Unidas (2019) para impulsar el derecho de acceso a la información pública sin restricciones en manos de los tres poderes del Estado.

Nuestras organizaciones, el SPR y la APSF, han trabajado y gestionado a lo largo de todos estos años, junto a organizaciones académicas, sindicales, de derechos humanos, comunitarias y tantas otras para que se apruebe la ley que consagre el derecho a saber sin restricciones. En un momento tan difícil como el que vivimos lxs argentinxs, esperamos que lxs legisladores de la Cámara Alta estén a la altura de las circunstancias y aprueben la media sanción que les fue girada desde Diputadxs y, aún más, sería bueno que lo hagan ya, sin dilaciones.

Rosario, 27 de septiembre de 2023

Extraído de Señales

Los canales educativos, protagonistas del libro «El aula más grande»

Se trata de un trabajo que reúne diferentes artículos sobre la televisión pública educativa en Argentina a partir de las experiencias de Encuentro, Pakapaka y DeporTV. Este miércoles 27 de septiembre a las 18 en la sede de la carrera de la UBA.

Contenidos Públicos Sociedad del Estado y la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) presentan el libro El aula más grande. La televisión pública educativa en Argentina en las experiencias de Encuentro, Pakapaka y DeporTV. Será el próximo miércoles 27 de septiembre a las 18, en el aula SG300 de la sede de la carrera (Santiago del Estero 1029, Ciudad de Buenos Aires).

El panel de expositores estará integrado por el especialista en Educación, Gabriel Brener; la gerenta general de Contenidos Públicos S.E., Jésica Tritten; la directora de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, Larisa Kejval, y el creador de contenidos y administrador de la cuenta The Walking Conurban, Diego Flores.

Se trata de un trabajo que es el resultado de la articulación y la confluencia de las perspectivas de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y Contenidos Públicos Sociedad del Estado (CPSE) y tiene el objetivo de compartir y poner en valor a la televisión pública educativa a través de las experiencias de Encuentro, Pakapaka y DeporTV.

El derecho a la comunicación, las políticas públicas, la pedagogía, la historia, la filosofía, la práctica profesional, la gestión, los derechos humanos, la producción cultural y audiovisual, la concepción de las audiencias y los estudios de género son algunas de las dimensiones que componen los artículos de este libro para aproximarse a las trayectorias de las señales educativas.

Entre los autores hay destacados investigadores del campo de la educación y la comunicación, hacedores de programas y cuadros estatales de los medios públicos: la academia y la gestión enlazadas se proponen reflexionar no solo sobre tipos ideales de televisión sino sobre la experiencia histórica de Encuentro, Pakapaka y DeporTV.

“Estos canales demuestran que es posible hacer ‘otra televisión’, entretenida, profunda, respetuosa de nuestros niños, niñas y jóvenes, innovadora y constructora de una sociedad más igualitaria”, escribe el actual director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, en el prólogo de este libro.

El libro está estructurado en cuatro capítulos escritos por especialistas e investigadores de la materia:
1.- Las nociones y principios para una conceptualización sobre televisión pública educativa: El Canal 4 de 1973. Un proyecto olvidado de televisión educativa, Qué es lo público de los medios públicos, Encuentro, Pakapaka y el arte de tensionar el currículum, Cruzando las fronteras del territorio educativo tradicional, Un canal educativo en la ex ESMA y Medios públicos educativos: el futuro que estamos construyendo.

2.- Contenidos y perspectivas en las pantallas de Encuentro, Pakapaka y DeportTV: Zamba en su laberinto: un viaje en el tiempo con la serie emblema de Pakapaka, Identidad Marrón: todo color es político, Universo Conurbano. Mirar la televisión como un palimpsesto, Pensamiento sí, ¡colonia no!: nuestro derecho a pensarn, DeportTV en clave educativa y de géneros.

3.- Formas de pensar e interpelar a audiencias críticas y ciudadanas: Pakapaka: niñas, niños y el derecho a contenidos de calidad, De la pantalla a las aulas. Usos y apropiaciones de Canal Encuentro, Encuentros multiplataforma.

4.- El modelo de gestión como decisión política: Itinerarios e implicancias del diseño institucional de Contenidos Públicos S.E., Detrás de la pantalla: las lógicas de producción de Canal Encuentro, Estrategias y disputas detrás de las señales, Inventar Pakapaka: la participación de niñas y niños en los medios públicos, Un espejo al otro lado del río.
«Canal Encuentro es el aula más grande de la Argentina porque efectivamente llega a todo el país a través diferentes formas, desde los cableoperadores, desde la llegada directa a las aulas y los diferentes acuerdos que tenemos con los canales públicos de nuestras provincias», aseguró gerenta general de Contenidos Públicos, Jesica Tritten.

Y remarcó: «Lo que organiza el diseño de programación siempre está vinculado a las escuelas. Nuestros grandes jefes de programación son las aulas y las más de 60 mil escuelas del país».

Al referirse a la penetración cultural en los hogares argentinos que lograron personajes creados por Encuentro como Zamba y Nina, Tritten dijo «es un triunfo y una alegría enorme que además de ´Spiderman´ y las ´Princesas de Disney´ haya una alternativa».

«Cuando hay un cumpleaños donde se encuentra mezclada con Batichica una Juana Azurduy o San Martín, nos da felicidad; los chicos entienden la complejidad de la lucha por la emancipación», continuó, y subrayó que «es parte de un camino que queremos profundizar».

«Nos encontramos en diciembre de 2019 señales que habían sido totalmente desguazadas, no sólo porque el 60% de los trabajadores habían sido despedidos, sino que Paka Paka había salido de la grilla, se habían jibarizado las sedes de la ex ESMA para que los equipos de trabajo no se intercambiarán entre sí». «Nos pusimos a ordenar cada una de estas cosas, volvimos a producir y se crearon más de 5 mil puestos de trabajo», agregó Tritten.

Entre los autores/as se encuentran Alberto Sileoni, Diego de Charras, Larisa Kejval, Nicolás Baccaro, Paula Castello, Lucía Abbattista, Víctor Taricco, Manuel Becerra, Alejo Lerman, Ariel Dorfman, Cecilia Flachsland, Jésica Tritten, Cielo Salviolo, Tamara Smerling, Irene Cosoy, Leandro Aráoz Ortiz, Guillermo Galeano, Diego Flores, Matías Farías, Luciana Gargini, Valeria Dotro, Julieta Saavedra Ríos, Mariela Baladron, Ezequiel Rivero, Diego Rossi, Bernabé Demozzi, Alejandro Linares, Malena Fainsod, Alejandra Casablanca y Leonardo Pérez.

Extraído de Señales

Se creó el Consejo Federal de Radios Públicas

Del acto participaron emisoras dependientes del Estado nacional, y diversas provincias, municipios y universidades nacionales.

Del acto fundacional participaron el Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Agustín Rossi; el secretario de Medios y Comunicación Pública, Juan Ross; la subsecretaria de Medios Públicos, Rosaura Audi, la Presidenta de Radio y Televisión Argentina, Rosario Lufrano; y el Director ejecutivo de Nacional, Alejandro Pont Lezica.

Se constituyó hoy la Asociación Civil que nuclea a las emisoras dependientes del Estado nacional, las provincias, los municipios y las universidades nacionales, y que tendrá entre sus objetivos potenciar el desarrollo de los medios públicos, planificar políticas conjuntas de gestión e intercambiar experiencias de trabajo. El documento fundacional fue suscripto por Rosario Lufrano, Alejandro Pont Lezica, y los apoderados de Medios Públicos del Chaco, Julián Ceballos, y La Rioja, Guillermo Megías, en un acto realizado en el Auditorio de Radio Nacional, junto a directoras y directores de las emisoras nacionales, radios provinciales y universitarias.

Agustín Rossi expresó que » la decisión de crear este Consejo Federal de Radios Públicas de la Argentina es muy buena, invitar a todo el resto de las radios universitarias, las radios municipales, las expresiones provinciales que pudiesen existir, es absolutamente necesario y está bueno el momento. ¿Por qué está bueno el momento? Porque yo creo que cuando te atacan no hay que retroceder, tenés que salir para adelante sin agachar la cabeza, y dar debate con tus valores y creencias».

«No sirve el debate de Estado chico o Estado grande, existe el debate de Estado presente o Estado ausente. El Estado presente es el Estado que nosotros defendemos. El Estado ausente es el Estado que le sirve solamente a un sector de la sociedad y no a los sectores populares» aseguro el Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación.

Por su parte, el secretario Juan Ross destacó «la enorme potencialidad de Radio Nacional. Quienes somos del interior, sabemos de la importancia que tiene Radio Nacional», dijo y destacó que «es indispensable darle vida jurídica a una institución como el Consejo Federal».

A su tiempo, Rosario Lufrano señaló que «estamos muy felices de seguir haciendo Radio Pública y de que se unan todas las radios públicas de la República Argentina». En este sentido, anticipó que «vamos a ir por la personalidad jurídica, porque es una herramienta para tomar decisiones»

La presidenta de RTA aseguró que «en esos momentos es donde más Radio Pública tenemos que hacer, donde Radio Nacional tiene que estar más conectada. La respuesta es la gestión, lo que venimos haciendo todos los días. Tenemos que comunicarlo más, que decirlo más fuerte».

Lufrano recordó también que la idea surgió en La Rioja durante el año pasado durante el encuentro del Consejo Federal de Televisoras Públicas; allí dijimos ‘qué interesante sería poder hacer lo mismo con las radios públicas’. La emoción de hoy es que se ha hecho realidad».

De izquierda a derecha: miembro del directorio de RTA, Alejandro Verano; director ejecutivo de Radio Nacional, Alejandro Pont Lezica; Presidenta de Radio y Televisión Argentina, Rosario Lufrano; Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Agustín Rossi; secretario de Medios y Comunicación Pública, Juan Ross; subsecretaria de Medios Públicos, Rosaura Audi.

Al darle la bienvenida a las y los asistentes, Pont Lezica dijo estar emocionado porque «es un trabajo que se viene soñando desde hace ya bastante tiempo».

«Desde nuestras radios –continuó–, conocemos la misión que tenemos, pero esto va a permitir que amplifiquemos, que nos conozcamos más, que compartamos ideas y que pensemos en seguir creciendo y brindándole a nuestra gente la posibilidad de tener una radio con otras miradas de información, sobre la realidad y particularmente, para defender la argentinidad que se construye cada día a través de la cultura, del trabajo, de la producción».

Intensa agenda de trabajo

Durante las dos jornadas de este encuentro directoras y directores de las 50 estaciones de Radio Nacional de todo el país, junto a responsables de emisoras provinciales y universitarias desarrollarán un programa de trabajo orientado a la construcción de una comunicación federal.

En el panel de apertura, sobre el rol de los medios públicos, disertaron Lufrano, el director de Radio Universidad de La Plata, Gabriel Morini, la directora de LRA14 Nacional Santa Fe, Mariana Steckler, con la moderación de la subsecretaría de Medios Públicos, Rosaura Audi.

Luego, los periodistas Alfredo Zaiat, Mario Giorgi y Darío Villarruel, junto a Luisa Valmaggia, hablarán sobre «Historia y economía». Más tarde, habrá una mesa sobre «Democracia, Cultura y Derechos Humanos», con Pedro Saborido y el subdirector de Radio Nacional, Gustavo Campana.

Mañana tendrá lugar el conversatorio sobre «Historia del fútbol» con Miguel Tití Fernández y Felipe Pigna. Allí el periodista deportivo recibirá el Premio Pallarols a su trayectoria. Finalmente, se abordará el tema «La radio, emociones intensas» con la palabra de Sandra Mihanovich, Carlos Ulanovsky y Eduardo Aliverti, moderados por la directora de Nacional Rock 93.7, Mikki Lusardi.

Extraído de Argentina.gob.ar