En abril de 2018 hacíamos un repaso por la sistemática mecánica de despidos que los hermanos Olmos, íntimamente vinculados al líder metalúrgico, Antonio Caló, imponían en sus medios (VER).
Lo cierto es que eso nunca dejó de ocurrir. Pese a que la audiencia del histórico canal de noticias seguramente creerá que la marca Crónica HD es eso que parece, una señal pujante que ha vuelto para competir con las principales emisoras del rubro, no es tan así.
En la intentona de querer retornar la «mística» de las placas rojas con sus «Ultimo Momento», se incorporaron caras nuevas y una programación con personajes ya conocidos por todos, sin embargo no se abandonó la política expulsiva de quienes desarrollan tareas allí desde hace varios años.
Los Olmos no se caracterizan por tener piedad y no es la primera vez que sorprenden a los trabajadores con uno o varios despidos repentinos e inesperados. Esa es la manera de sembrar el miedo en todos los demás compañeros, que obviamente temen perder sus empleos, especialmente en estos lamentables tiempos que corren.
El disciplinamiento con cesantías sorpresa ha dado buenos resultados a los reconocidos testaferros del titular de la UOM. Esa mecánica le ha permitido precarizar y violar a gusto y piacere todos los derechos laborales vigentes de camarógrafos, técnicos y periodistas.
Esta vez le tocó el turno a uno de los cronistas más reconocidos de ese canal que cubre permanentemente conflictos laborales de todo tipo de empresas, menos claro, las de comunicación, algo que hacen los demás medios también. Los popes que administran grupos mediáticos son muy colaborativos y proclives a ejercitar y potenciar siempre la solidaridad empresaria.
Cuando dejan a uno o muchos compañeros en la calle nos enteramos por las redes sociales y difícilmente alguien se atreva a hablar en radio, TV o medios escritos de estas actitudes que inclusive, son contradictorias con lo que esas firmas transmiten desde sus programaciones, notas y entrevistas. Una gran hipocresía que hemos dejado que se naturalice.
Cuando algo de toda esta miseria que pulula en nuestro oficio sale a la luz en uno de los medios llamados «grandes», es porque alguien con espaldas se atreve a decirlo o porque en el mundo de La Grieta, a determinado medio le conviene arrojar sólo un poquito del desastre que vivimos para bajar línea política contra algún sector en particular.
TN y el Grupo Clarín arroja unas líneas sobre los despidos y vaciamiento del G23 e Indalo pero esconde bajo la alfombra los suyos. Ocurre lo mismo a la inversa, C5N denuncia brevemente lo que pasa en Télam, el «gran diario argentino», y los medios públicos en manos del macrismo, pero no esboza una sola línea sobre lo que pasó varias veces al interior de sus radios, canales y diarios que han sido desguazados en cuotas, mucho menos comentan algo de los desaguisados en Radio Del Plata y Página 12.
Nosotros no podemos ser cómplices de esta lógica macabra que nos juega siempre en contra. De a uno nos echan como perros, los gremios muchas veces con cáscaras vacías o son cooptados por personajes que pretenden hacer partidismo y buscar candidaturas sin defender a sus bases, es decir a los trabajadores.
Ayer fueron 354 despidos en la agencia estatal, 56 despidos en el diario Clarín, 25 en el Grupo Crónica y hoy Ariel Acebal, trabajador de este último holding. En todos ellos se oye en los pasillos el rumor de lo que se viene, más ajuste, más retiros (in)voluntarios, más jubilaciones adelantadas, o más cierres y desmantelamientos, donde quienes sean echados ni siquiera tendrán el legítimo derecho a cobrar la indemnización pertinente y a derecho.
Está claro que esta alianza entre «empresarios» que se han colado en el mundo de los medios y el poder de turno está siendo devastadora para miles y miles de personas y familias enteras. Como ya hemos dicho varias veces «la sangría no para» y si la relación de fuerzas sigue siendo esta, no se va a frenar nunca, venga el gobierno que venga.