Es tan repudiable la represión del macrismo a los maestros como el discurso mediático que la justifica

El texto que escribió el colega Ignacio Jubilla en el muro de su Facebook sintetiza lo que todos vimos ayer con respecto a como la casi totalidad de los propietarios de medios privados y estatales, primero ocultaban la represión a maestros en la Plaza Congreso y luego daban vuelta la data adjudicando el uso de la violencia a quienes intentaban buscar otra manera, como les solicitó la administración central y bonaerense, de hacer sus reclamos salariales sin paro.

Es tan repudiable el accionar de las fuerzas que conduce Martín Ocampo desde el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño y Patricia Bullrich desde la cartera nacional, como el de las empresas de comunicación que tergiversan las noticias, violando sistemáticamente el derecho constitucional a la libre expresión que tienen todos los ciudadanos, quienes deberían recibir información veraz y no filtrada o moldeada, a la sazón, según los intereses que defiende cada firma.

Estos seudoempresarios, que administran cotos comunicacionales, aprovechan los beneficios que les otorga el gobierno de la Alianza Cambiemos (PRO-UCR-CC/ARI), y devuelven las gentilezas con algo que también les viene bien a ellos: estigmatizar, ensuciar y desacreditar toda actividad gremial. Nadie va a negar que existe una burocracia sindical que juega en favor de sus propios intereses y no de los de sus representados, pero igualar a todos es una táctica del «periodismo de guerra» que ejercen emporios como Clarín, que obligan a repetir hasta el hartazgo el término gremialista o sindicalista con una connotación negativa, de desprecio.

Esa estrategia también es utilizada para desprestigiar a quienes salen a las calles a cortar una vía de tránsito porque no tienen otra opción. Automáticamente el ejército de repetidores del discurso de esas patronales explotadoras, que no tienen nada de inocencia en sus bajadas de línea, salen a cuestionar el efecto pero nunca la causa. El metamensaje implícito es: la culpa es de los negros pobres que vienen al centro a molestar a quienes trabajan y no son vagos como ellos. ¿Quién puede creer que a una madre le gusta movilizarse con sus pequeños hijos desde lugares remotos del conurbano para estar debajo de los rayos del sol o la lluvia para pedir lo que además es una garantía que establece la Carta Magna, pero que todos los partidos que llegan al poder pasan por alto, incluyendo el derecho a comer, inaudito!

Se los recordamos por si creen que esto fue derogado o algo así, se trata de nada más y nada menos que el Artículo 14 bis de la Constitución, lean con atención:

Art. 14 bis.- El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial.

Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga. Los representantes gremiales gozarán de las garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo.

El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna.

Como verán, la actividad gremial debe ser defendida a rajatabla, al igual que el acceso a un trabajo, con su correspondiente estabilidad laboral y la posibilidad de que cada ciudadano tenga derecho a vivir dignamente en todos los aspectos.

Esto, que no es un fragmento del Manifiesto Comunista es ninguneado cada vez con mayor impunidad por los holding privados, ahora asociados más que nunca a las estructuras del Estado que van en una sola línea: incrementar sus ganancias sin importar en lo más mínimo atropellar y pisotear a las mayorías de familias que hoy en este sufrido país vuelven a sufrir el ajuste, los despidos, a ser víctimas de la timba y especulación financiera, de esos capitales golondrinas que en 24 horas reproducen sus ganancias como ninguno de nosotros podría hacer en todo el año.

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